La Cruz de la Nueva Unidad, una fuerza peregrina del movimiento de Schoenstatt
- 8 de febrero, 2023
- Buenos Aires (AICA)
Nacida hace algo más de dos años en el seno de un matrimonio de la Federación de Familias de Schoenstatt, la corriente fue ganando corazones en muchos puntos del país y de América Latina.
Con más de 10.800 km recorridos y más de 12 localidades visitadas, la Cruz peregrina de la corriente “Cruz de la Nueva Unidad”, bendecida en el Santuario original de Schoenstatt, está dejando huellas en los corazones a lo largo y a lo ancho de nuestro país.
La iniciativa surgió en 2020, en un contexto de incertidumbre y dolor ante las acusaciones contra el fundador de Schoenstatt, pero también en medio de la pandemia, y más tarde de una nueva guerra que todavía conmueve al mundo.
“Sin dudas, son tiempos de cruz, que nos hacen alzar la mirada al cielo, y dejar todo a los pies de la Cruz”, explican sus fundadores, Cecilia y Javier Carbonere. “Allí Cristo hace nuevas todas las cosas y María permanece siempre fiel. Desde el costado abierto de Cristo, se derraman todas las gracias que sanan, dan vida y renuevan la tierra”, añaden.
“Cruz de la Nueva Unidad” es el nombre que identifica esta corriente, porque es desde esta experiencia de amor y fidelidad desde donde se quieren buscar nuevos caminos de encuentro y estar unidos en Cristo y María como familia de la Iglesia.
Con el anhelo de llevar la Cruz de la Unidad al mundo, comenzó a peregrinar, dentro de la familia de Schoenstatt, una imagen que el padre Pablo Pol bendijo a mediados del 2022, en el Santuario Original.
Esa cruz peregrina, que actualmente se encuentra visitando diferentes Santuarios y localidades de la Argentina, inició su recorrida en el recién bendecido Santuario de Corrientes y, desde allí, fue acompañando fiestas patronales, aniversarios, celebraciones y uniendo corazones desde Mar del Plata, Paraná, Bahía Blanca, 9 de Julio, Villa Ballester, La Plata, y hasta Tierra del Fuego, donde peregrinó a la ermita más austral del mundo.
Además de esa cruz peregrina, los miembros del movimiento se unieron internacionalmente, a través de vigilias, con la Cruz de la Unidad. Distintas comunidades de la Argentina, México, Ecuador, Bolivia, Costa Rica, Estados Unidos y Uruguay se conectaban cada miércoles, para rezar juntos en torno a Cristo y María.
“Fue una experiencia de verdadera familia, en la que cada región nos invitó a reflexionar, a conocer su historia, sus cantos, su gente, y a rezar por las intenciones de esta corriente de vida, para dejarlas a los pies de la Cruz”, explican desde la organización.
La particularidad del recorrido de la cruz es que no hay un “calendario pre-establecido”, sino que de manera espontánea y colaborativa, la Cruz de la Unidad va hacia donde Cristo y María la llevan. Las distintas comunidades la piden y. con la ayuda de todos, la imagen viaja y une puntos y familias.
Para conocer más sobre esta iniciativa, se pueden visitar sus redes sociales. +