La arquidiócesis de Tucumán se prepara para homenajear a la Virgen del Valle
- 5 de diciembre, 2024
- La Reducción (Tucumán) (AICA)
El santuario de La Reducción será el centro de los festejos por el día de la Inmaculada Concepción. Año a año, el pueblo tucumano acude masivamente a renovar su alianza de amor con María.
La arquidiócesis de Tucumán se prepara para rendir homenaje
a la Virgen del Valle con una serie de celebraciones, que tendrán como epicentro
el santuario de La Reducción, en Lules. Los festejos por el Día de la
Inmaculada Concepción de María se desarrollarán el 7 y 8 de diciembre, aunque
las actividades comenzaron el 29 de noviembre con el novenario, que este año lleva como
lema "Con Nuestra Madre del Valle, Misioneros del Reino".
La celebración tiene un especial significado para los
tucumanos, ya que en 1923, hace 101 años, fue hallada la sagrada imagen de la
Virgen en medio de una tormenta, en una quinta de tomates y pimientos ubicada en Lules.
Desde entonces, el pueblo fiel ha venerado a la Virgen del Valle, conocida como la
"Morenita", y la pequeña localidad se convierte, cada año, en un centro de
devoción que recibe entre 100.000 y 200.000 peregrinos de la región y de
distintos puntos del país.
El 8 de diciembre, día de la festividad, la misa central
será presidida por el arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez, a la medianoche, seguida de la solemne procesión. Luego, habrá misas a las 3, 6, 9 y 11 de la mañana, además de Bautismos, a las 12, y una
segunda procesión, a las 18; la última Eucaristía será a las 20.30. Durante toda
la noche, miles de devotos esperan su turno para "tomar gracia", tocando la
imagen de la Virgen, hasta el 9 de diciembre a la medianoche, cuando se cierran
las puertas del templo.
El santuario de La Reducción fue reconocido oficialmente
como tal en noviembre de 2023, conmemorando el centenario del milagroso
hallazgo. En estos días de fiesta, la devoción, la sencillez y el amor a María
se hacen presentes en cada rincón de la localidad, donde los peregrinos llegan
en los tradicionales "misachicos", cargados de fe, música y alegría,
movidos por el Espíritu Santo, para rendir homenaje a la Madre de Dios.
Desde el Cielo, vino
María
El milagro de La Reducción ocurrió el 26 de noviembre de 1923, en una quinta
de tomates y pimientos ubicada al pie del cerro. Ese día, los humildes
trabajadores se llenaron de temor ante la llegada de una tormenta de las que acostumbran asolar Tucumán en esta época del año.
La lluvia y el granizo venían a destruir la fuente de
trabajo de esas familias, que regresaron a sus casas con gran angustia, mientras
rezaban el santo rosario a la Madre del Cielo pidiendo su protección.
Pero un sordomudo, llamado Luis Delgado, siguió trabajando. Él quizás no entendió la orden del
patrón de regresar a las casas y, en medio de la fuerte tormenta, vio caer una
luz del cielo.
Con el paso de las horas, se hizo entender por señas acerca de lo
sucedido; entonces los pobladores, junto al cura párroco, se dirigieron al lugar
y, primero con palas y luego con un cuchillo, desenterraron una pequeña y
hermosa imagen de Nuestra Madre Santísima del Valle.
Desde ese día, la Virgen Morenita bendice a todo el pueblo
tucumano, que año a año acude masivamente a La Reducción a renovar su alianza
de amor con la Madre del Cielo.
Son miles y miles los peregrinos que, desde los distintos
rincones de la norteña Cuna de la Independencia Nacional, visitan el santuario, dirigido hoy espiritualmente por el padre Alejandro Zárate, para
encontrarse con la Madre del Cielo.+