Jubileo 2025: la basílica de Santa María la Mayor descubre sus tesoros

Un par de semanas antes de la inauguración del Año Jubilar, la basílica romana abre a los visitantes nuevas salas del Centro de Museos de Liberia.

A las puertas del inicio del Año Jubilar, la basílica de Santa María la Mayor, en Roma, abre a los visitantes nuevas salas del Centro de Museos de Liberia. Tres de ellos están dedicados a la historia de la basílica conocida como el "Belén de Occidente", al milagro asociado a su creación (la famosa nevada de agosto de 358) y al icono que simboliza la piedad de los romanos: Salus Populi Romani.

La ceremonia de inauguración de las nuevas salas de exposición del Centro de Museos Liberianos de la basílica pontificia de Santa María la Mayor estuvo presidida por el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin.

La inauguración del nuevo museo se produce tras la apertura de la logia del siglo XVIII y la apertura de la cúpula a los fieles, desde donde los visitantes pueden disfrutar de la vista desde la colina más alta de Roma.

La magnífica logia y la sala "El milagro de la nieve"
El camino que conduce a los nuevos puntos turísticos de la basílica es extraordinario. Se camina por la magnífica logia del siglo XVIII, diseñada por Ferdinando Fuga con mosaicos del siglo XIV realizados por Filippo Rusuti, desde donde se puede ver la plaza de la fachada y encontrarse casi cara a cara con la estatua de la Virgen María, que se eleva sobre la columna de la paz. Luego, subiendo las extraordinarias escaleras realizadas por Bernini, se accede al Salón de los Papas y, de allí, a las tres salas del museo.

En una, se puede aprender sobre la construcción de la basílica, ordenada por el Papa Liberio después de las fuertes nevadas de la noche del 4 al 5 de agosto del año 358. Allí se puede admirar, entre otros, el cuadro del siglo XVI "El milagro de la nieve", de Jacopo Zucchi, que, al igual que otra obra de este artista, "La procesión de Gregorio Magno desde la Salus Populi Romani", regresó a la basílica procedente de los Museos Vaticanos.

El pesebre de Occidente
En otra sala, también se podrá ver el primer pesebre tallado en mármol, del año 1291, por Arnolfo di Cambio. Fue encargado por el papa franciscano Nicolás IV, en 1291. La nueva instalación, protegida por una cristalera, permite pasear y apreciar hasta el más mínimo detalle: el rostro de María, que ya parece presagiar el enfoque clásico que se impondrá en los siglos siguientes, los pequeños capullos o frutos agarrados por la mano del Niño y las expresiones absortas de los rostros de los Reyes Magos y de José. En el lateral, el buey y el burro son figuras que se volverían inevitables en todos los belenes.

En la sala, también se expone la casulla de San Jerónimo, un raro ejemplo de tejido que probablemente data del siglo XIII, es decir, del período del traslado del cuerpo del santo a Roma desde Belén y del período de la comisión de la Natividad arnolfiana.

Icono de Salus Populi Romani
La última sala está dedicada a la Salus Populi Romani, un icono bizantino. En la misma sala se exhibe un relicario de plata con el brazo de su autor.

El icono de Nuestra Señora está sostenido por cuatro ángeles, lo que enfatiza la importancia de María como peregrina, que desciende del cielo para encontrarse con los fieles y mostrarles el camino hacia el Señor. 

Como es sabido, el Papa Francisco tiene una especial devoción por este icono, ante el cual reza cuando visita la basílica, al principio y al final de sus viajes apostólicos.

La cuna de Jesús de Belén
Además de los tesoros de fe y arte antes mencionados, la basílica de Santa María la Mayor alberga la santa cuna, una reliquia bien documentada traída de Belén. 

"Este es el lugar donde fue colocado el cuerpo de Jesús inmediatamente después de su nacimiento, por lo que podemos decir que aquí se encuentra la primera casa de Jesús: desde este lugar, desde este pesebre de la cuna santa, comenzó el cristianismo", explicó el cardenal Rolandas Makrickas, arcipreste coadjutor de la basílica papal.

Santa María la Mayor es una de las cuatro basílicas mayores y, desde 1390, es una de las basílicas del jubileo. "Con este Jubileo, celebramos y recordamos el paso del tiempo, y en este momento comenzamos a contar los años cristianos. Por eso, al celebrar el Año Santo, miramos también a nuestro tiempo, miramos al futuro, atravesamos la Puerta Santa para encontrarnos con el mundo nuevo en presencia del Señor, en compañía de Nuestra Señora", resumió el coadjutor arcipreste de la basílica papal.+