Goya: dolor por el fallecimiento de una religiosa a los 100 años
- 2 de octubre, 2024
- Goya (Corrientes) (AICA)
Se trata de la Hna. Elba Reyes, de la congregación de las Hermanas del Divino Redentor, quien residía en la ciudad correntina de Esquina. El obispo local, Mons. Canecín, presidió la misa de exequias.
El obispo de Goya, monseñor Adolfo Canecín, comunicó el fallecimiento de la hermana Elba Reyes, de la congregación de las Hermanas del Divino Salvador, ocurrida el lunes 30 de septiembre en la ciudad de Esquina, donde residía.
La religiosa, muy querida en esa ciudad, había participado el sábado pasado de una misa de acción de gracia, al cumplir 100 años de vida.
El prelado presidió la misa de exequias en la parroquia Santa Rita de Casia. En su homilía, expresó cercanía y oración en este momento de la pascua de la religiosa, que pertenecía a la congregación de Mama Antula, a la que definió como "una misionera incansable" .
Oriunda de San Juan y habiendo cumplido 100 años el 28 de septiembre, Elba Nélida Wenceslada Reyes entregó su espíritu en las manos de Dios en la tarde del último lunes.
La religiosa se encontraba muy bien y había celebrado su centésimo cumpleaños con una misa en acción de gracias, rodeada del afecto de los integrantes de la comunidad de San Cayetano, la cual fue celebrada por los presbíteros José Ortíz, Rubén Cattay y Miguel Ángel Galeano, del clero diocesano.-
En su homilía, monseñor Canecín destacó que, con sus 100 años de vida, la hermana Nélida era "testimonio de entrega, con amor y alegría, al Señor y a los hermanos más pobres. Una entrega hecha en la sencillez, sin ningún protagonismo".
"La vida de cada ser humano está marcada por la Pascua. La Pascua de Jesucristo, que siendo Dios se hizo hombre; la Pascua de Jesús, cuando pasa de la muerte a la resurrección, a la vida. Ese misterio pascual marca la historia de cada ser humano y, en el caso de la hermana Elba, el Señor le regaló la gracia de tener una larga vida", afirmó.
Más adelante, remarcó que fue "hija de Mama Antula, porque era de la congregación del Divino Salvador, y la hermana Elba tenía el carisma y la impronta de Mama Antula, siempre preocupada para que la Palabra de Dios llegue a todos; así la vimos andar en la ciudad de Esquina".
"Me admiraron de la hermana Elba varias cosas, sobre todo su espíritu andariego: siempre estaba preocupada por salir al encuentro de los que no conocían a Jesús", puntualizó el diocesano, y añadió: "Siempre tuvo una actitud misionera y de servicio".
"Nos queda un gran tesoro, y un detalle enorme es que vivió su pascua la víspera del día de Santa Teresita del Niño Jesús, patrona de las misiones. Ella tenía un gran amor y repetía una frase de Santa Teresita: ´Pasaré mi cielo aquí en la tierra, haciendo el bien, amando a Dios y amando al prójimo´, la cual era una frase muy querida por la hermana Elba", recordó.
Monseñor Canecín animó a la feligresía a "rezar por su pascua y su eterno descanso", señalando que la Biblia dice: "Hagan a otros lo que mañana les gustaría que hagan por ustedes".
"Que podamos vivir esta experiencia pascual, que siempre tengamos el recuerdo y el cariño, el afecto de alguien que supo entregar y consagrar su vida a Dios; y, por ser de Dios, realizó muchas obras la hermana Elba. A veces a nosotros, los seres humano, nos gustan las obras sociales que pueda hacer un consagrado; pero no siempre valoramos a Dios, que consagró a esa persona para toda la vida, la cual, por ser consagrada por Dios, imitó a Dios y se entregó especialmente a servir a los pobres", concluyó.+