Francisco instó a jóvenes y niños a no perder la pasión por el deporte

La audiencia con el Papa en el Vaticano abrió el primer Simposio Internacional de Tenis y Pádel, previsto hasta el 7 de mayo en el Foro Itálico.

El Santo Padre recibió hoy, en el Vaticano a los participantes del Simposio Internacional de Tenis y Pádel, los cuales proceden de más de treinta países y entre los que hay profesores, jóvenes y niños, a los que recordó que “el espíritu competitivo es bueno si no quita la dimensión lúdica”, y advirtió que cuando el deporte pierde su gratuidad, “se convierte en oficio”

Refiriéndose al tema de los dos días del encuentro, “Dimensión educativa y formativa”, el Papa dijo: “El profesor de tenis o de pádel, además de técnico, es ante todo también educador”. Por ello, animó a los presentes a continuar en este camino educativo y aprovechó para proponer una breve reflexión partiendo de la práctica de esos deportes: “Un buen juego nace de una correcta dinámica de ataque y defensa”. 

Y agregó: “Esto también ocurre de forma educativa, evaluando bien el riesgo y la prudencia. Un buen jugador de tenis, pádel o cualquier otro deporte no siempre puede limitarse a atacar y arriesgar, sino que también tiene que saber defender. Las cualidades de ataque y defensa deben ser practicadas. Es bueno aplicar esta comparación a la educación de la personalidad”.

Francisco explicó luego que un buen educador debe saber equilibrar el riesgo y la prudencia. Arriesgarse significa, por ejemplo, permitir que el aprendiz tenga una nueva experiencia ante la cual no sabe cómo reaccionará, pero que sin duda lo ayudará a crecer. “El riesgo, dijo el Papa, debe ser siempre proporcionado y acompañado: el aprendiz debe sentirse libre y, al mismo tiempo, no abandonado”.

Refiriéndose a la prudencia en el juego dijo que, además de ser importante para una buena defensa, es también una actitud positiva, nunca negativa. La defensa es otra forma de atacar. Por eso, en la educación, la prudencia es fundamental para valorar bien las situaciones, en relación con las potencialidades de quien aprende a jugar. 

Francisco concluyó con una exhortación: “El tenis es un juego y el pádel también. Su fuerza educativa consiste precisamente en la dinámica del juego. No dejes de practicar el deporte por pasión, para divertirte y divertir a los demás. La competencia es buena si no excluye la dimensión divertida. Si prevalece la dinámica de competencia, podría desencadenar formas de egoísmo, que perjudican al deporte”.

Con estas reflexiones, el Santo Padre concluyó la audiencia con los participantes del Simposio Internacional, animándolos a seguir manteniendo juntos “el riesgo y la prudencia, el ataque y la defensa”.+