El Papa bendijo a la asociación 'Mediterranea Saving Humans'
- 24 de agosto, 2024
- Ciudad del Vaticano (AICA)
Fue en un mensaje de Francisco al P. Mattia Ferrari, párroco de esa ONG, cuyo barco, el Mare Jonio, realiza misiones de rescate en colaboración con la fundación de la Conferencia Episcopal Italiana.
El Papa Francisco envió un mensaje al padre Mattia Ferrari, párroco de Mediterranea Saving Humans, y bendijo a la tripulación del Mare Jonio, el barco con el que esa ONG realiza operaciones de búsqueda y salvataje de migrantes.
"Rezo por ustedes", escribe el pontífice, al dar las gracias a esa fundación por su testimonio, invocando sobre sus miembros la bendición de Dios y de la Virgen.
Trapani es el punto de partida de la misión Sar (búsqueda y rescate), lanzada este 24 de agosto por Mediterranea Saving Humans, una organización humanitaria fundada por Luca Casarini que, desde 2018, rescata a personas que intentan la peligrosa travesía marítima a través del mar Mediterráneo.
Se trata de la primera misión organizada conjuntamente con la Fundación Migrantes de la Conferencia Episcopal Italiana. Gracias al apoyo de los obispos, al Mare Jonio -un remolcador reutilizado para las operaciones Sar de Mediterranea- se unirá un barco de apoyo con otros voluntarios y personal médico, así como un mediador intercultural y un pequeño grupo de periodistas.
"Es un barco de apoyo preparado junto con migrantes -explica Ferrari-, con dos directores diocesanos de Fano y Caltanissetta a bordo. Es una pieza más de una colaboración con la Iglesia, que dura desde hace años y que se compone, sobre todo, de muchas relaciones y a distintos niveles, desde las parroquias a las diócesis, pasando por la Iglesia universal".
"Una colaboración que ve a la Iglesia y a las personas de buena voluntad, de mundos sociales y contextos culturales tan diferentes, unidas en un amor común, para usar las palabras del Evangelio, en el amor entrañable común por nuestros hermanos y hermanas migrantes", subraya el párroco.
El sacerdote asegura que "es un camino que recorremos juntos, incluso a través del salvamento marítimo y el rescate de náufragos; damos carne a la fraternidad, esa fraternidad universal que no puede seguir siendo un valor abstracto, sino que debe hacerse carne a través de nuestros cuerpos, nuestras vidas, nuestras relaciones".
"Hacerse a la mar, por tanto, significa también romper este muro de cinismo e indiferencia", para "despertar las conciencias, porque la sociedad está demasiado distraída y no podemos seguir tolerando esta matanza continua de naufragios y rechazos. Debemos romper con todo esto, y no ser cómplices de ello", exhorta Ferrari.
Misión en curso
Los medios de comunicación del Vaticano se encuentran a bordo de esta última nave, que, junto con la Mare Jonio, zarpó de Trapani. Al dejar aguas italianas, Mediterranea hizo dos anuncios significativos. En primer lugar, subrayó que, con vistas al creciente maltrato de los migrantes en Túnez, dejaría de cooperar con la guardia costera tunecina en las operaciones de búsqueda y rescate.
Una posición ya adoptada con respecto a Libia, por la misma razón; en segundo lugar, Mediterranea, con referencia a las directrices del gobierno italiano, que a menudo ha ordenado el desembarco de migrantes en puertos alejados de la zona de rescate, ha anunciado que ya no aceptará órdenes de desembarco en puertos fuera de Sicilia.
También viaja a bordo Ibrahima Lo, un senegalés llegado a Italia por la ruta libia y autor de dos libros que relatan la tragedia de los migrantes, el cual, junto con el sacerdote Ferrari y con Casarini, se reunió con el Papa en la Casa Santa Marta el pasado 2 de julio.
"Estoy a bordo porque, cuando tenía 16 años, me rescataron en el mar, cuando estaba en un bote con otras ciento veinte personas. Ahora estoy a bordo de un barco que va a salvar vidas, que vuelve al lugar donde me rescataron; estoy aquí para salvar a mis hermanos y hermanas", dijo.
La colaboración entre la Iglesia y Mediterranea se remonta a varios años atrás. El Papa Francisco se ha reunido a menudo con miembros de la organización, expresándoles públicamente su apoyo. En 2019, colocó en el Palacio Apostólico del Vaticano un crucifijo adornado con un chaleco salvavidas que le donó precisamente esa ONG. Muchos obispos italianos también han expresado su apoyo a la organización, que trabaja en estrecha colaboración con el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.
Antes de la partida, el obispo de Trapani, monseñor Pietro Maria Fragnelli, visitó la nave de apoyo para ofrecer su bendición y entregar a la tripulación un ícono especialmente confeccionado.
"Ésta es una misión de amor que nos viene directamente del Evangelio. La misión de hoy apunta a una colaboración que debería crecer cada vez más entre las fuerzas civiles y militares y, quién sabe, tal vez incluso nuestra cultura supere esta especie de idea de que el Mediterráneo es una barrera y no un puente", planteó el prelado.
La Organización de las Naciones Unidas calcula que, sólo en 2023, más de doscientos doce mil migrantes y refugiados intentaron cruzar el Mediterráneo central desde Argelia, Libia y Túnez, y que aproximadamente tres mil perdieron la vida en el mar.+