Miércoles 25 de diciembre de 2024

Falleció el pastor luterano David Calvo

  • 8 de febrero, 2024
  • Buenos Aires (AICA)
Tuvo destacada actuación en el diálogo interreligioso, y fue vicepresidente de la Comisión Ecuménica de Iglesias Cristianas en Argentina, espacio de encuentro de católicos, protestantes y ortodoxos
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David Calvo, pastor luterano de amplia trayectoria, involucrado activamente en el diálogo ecuménico por la unidad de los cristianos, falleció a los 89 años en Buenos Aires el martes 30 de enero último.

Entre otras actividades, participó hace años en la Comisión Ecuménica de Iglesias Cristianas en Argentina (CEICA), de la que fue vicepresidente.

El sepelio se realizó al día siguiente en el cementerio británico, en el barrio porteño de Chacarita.

En la capilla los presentes oraron y entonaron cánticos. El pastor luterano Alan Aldrid dijo: “Descansa de tus tareas en la gracia del Señor” y manifestó que dejamos a David en las manos de Jesús “agradeciendo todo aquello que nos ha regalado, que nos ha enseñado”.

Aldrid, vestido con alba blanca y estola roja, recordó que había sido para él maestro en su formación. Al dar gracias a Dios por su vida destacó especialmente su sabiduría y su paciencia, que se expresaba en lo que decía, ante situaciones difíciles: “¡Calma!”.

Se rezó el Padre nuestro –con el modo que hace años usaban los católicos en nuestro país: “perdónanos nuestras deudas”, y agregando al final “porque tuyo es el reino, el poder y la gloria”- y se dio gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

El pastor hizo la señal de la cruz y todos los presentes se santiguaron. Consultada la presidente de la IELU, pastora Vilma Rommel, que hizo también la señal de la cruz luego de unas breves palabras, contestó que es el signo que caracteriza a los cristianos desde el mismo comienzo y que los luteranos conservan, al igual que otros cristianos.

 “Bienaventurados los que mueren en el Señor”, dijo ella a los presentes, y señaló que entregamos su cuerpo a la tierra en la certera esperanza de la resurrección.

“Al morir, resucitamos, victoriosos al final”, se cantó. “¿Cuándo y dónde? No sabemos, sólo Dios nos lo dirá”.

Otro himno decía. “Señor, heme en tus manos, dirígeme, / y hasta el fin de mis años mi guía sé. / Sin Ti ni un solo paso quisiera dar;/Mi vida hasta su ocaso te he de entregar”.

Asistieron al sepelio hijos y nietos del difunto, así como otros familiares y miembros de su confesión. Estuvo María Florencia Uriburu, católica, del curso de formación de y para el diálogo interreligioso, de Valores Religiosos, donde Calvo fue profesor durante varios años.

En un mensaje, la presidenta de la IELU comunicó a sus integrantes que “Dios ha llamado a su descanso eterno al Pastor David Calvo”, expresó “Doy Gracias infinitas a Dios porque David, con su sonrisa y constancia desde el cuidado y el respeto, siempre tenía una palabra justa en momentos complejos y una mano generosa para consolar, animar y contener”.

El mensaje daba gracias su “ministerio pastoral por tantos años, desde una vocación incansable, ecuménica y con profunda humildad”.

Su trayectoria
David Calvo nació el 14 de diciembre de 1934 en Montevideo, Uruguay, pero a los pocos meses sus padres –español y uruguaya- se trasladaron a Buenos Aires.

Se graduó en la Facultad Luterana de Teología, en José C. Paz, en 1960, y poco después fue ordenado pastor en la Iglesia Evangélica Luterana Unida (IELU). En1961 se casó con Ljubica (Luba) Cobrda, con quien tuvo tres hijos y varios nietos. Su esposa, que lo acompañaba en buena parte de su actuación pública, falleció en 2022.

Se graduó en la Primera Escuela de Psicología del Partido de Tres de Febrero en 1991.

Siendo más joven estudió comunicaciones en Temple University, Filadelfia, Estados Unidos, y toda su vida tuvo inclinación por la información, la fotografía, el periodismo, la relación humana.

Cursó estudios de periodismo en la Facultad Católica de Humanidades de Rosario, cuando comenzó esta casa de estudios fundada por el arzobispado de Rosario e incorporada un tiempo después a la Universidad Católica Argentina (UCA). Era la primera promoción que en 1966 inició esa facultad y que tenía ciertas particularidades: entre los cursantes había un sacerdote escolapio, un pastor luterano (él), un policía, un bombero, dos señoras mayores de una generación muy anterior a los alumnos recién salidos del secundario –de los que podrían haber sido madres o quizá abuelas- y dos mujeres jóvenes que a la vez cursaban brillantemente la carrera de Derecho en la universidad nacional.

No terminó de cursar todas las materias y no llegó a aprobar la licenciatura por haber debido trasladarse a Buenos Aires por asuntos de su congregación religiosa.

Publicó artículos sobre comunicaciones, ecumenismo, meditación y otros temas en periódicos luteranos, evangélicos y católicos y en la prensa secular.

Fue redactor y director de varias publicaciones luteranas, editor en Publicaciones El Escudo y consultor de Luteranos Unidos en Comunicación en América Latina.

Es autor de “El evangelista de la gracia de Dios (Martín Lutero”, “La Congregación-Comunidad evangelizadora” y “Vida de oración” (compilación), en 2002, y “Cánticos de luz (liturgia y cantos), en 1986. También colaboró con el ensayo “En camino para construir la paz” en el libro “El espíritu de Asís” (Comunidad San Egidio-Editorial Guadalupe, 2007).

De baja estatura, comunicativa simpatía y agudo sentido del humor, su vida se desplegó más allá de la prédica en congregaciones luteranas donde se desempeñó –La Resurrección, en Hurlingham; La Cruz de Cristo, en Amenábar 1767, en el barrio porteño de Belgrano, y otras- para extenderse en amplios círculos sociales. Su figura, siempre de clergyman, con camisa celeste claro e infaltable cuellito, era una presencia habitual en encuentros ecuménicos e interreligiosos, en entidades culturales, parroquias católicas, paneles de diálogo, donde era apreciado por su ecuanimidad, inteligencia y buen trato. También sirvió, en castellano, a la comunidad de la Iglesia Reformada Húngara.

Saludo de Francisco
Cuando cumplió 80 años, en 2014, recibió un mensaje de saludo del papa Francisco, a quien había tratado cuando era arzobispo de Buenos Aires. En esa carta manuscrita le expresó: “Quiero agradecerte todo el bien que con tu testimonio de hombre de fe, nos has hecho a todos los humanos, que el Señor te lo retribuya abundantemente...” Y terminaba: “Por favor no te olvides de rezar por mí. Que el Señor Jesús te bendiga. Fraternalmente, Francisco”.

Devoción a María
“Una gran pérdida para el Ecumenismo en CABA –escribió Adriana González, católica-. Siempre estuvo presente junto a su amada Luba en cada encuentro. Un luterano que amaba profundamente a la Virgen María.” Varios testimonios dan cuenta de esa devoción y el agradecimiento que tenía a la Virgen en relación con su vida personal.

David Calvo tuvo buena amistad con Miguel Woites, que fue director de la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA) durante 57 años, hasta su fallecimiento, el 17 de noviembre de 2023. Miguel recordaba la devoción a María que tenía su amigo pastor luterano.

Al respecto, Calvo escribió una nota titulada “La Santa Virgen María en la Visión Protestante”, donde comentaba “textos del reformador Martín Lutero”.

“¿Qué lugar ocupa la Santa Virgen María en la piedad y en el pensar de las iglesias protestantes arraigadas en la Reforma del siglo 16?”, se preguntaba. “Mucha confusión ha existido con respecto a esto”, apuntaba.

Anta la confusión al respecto y cierto desconocimiento, hacía notar Calvo que en las iglesias de confesión luterana, en lo que se acostumbra llamar liturgias de las horas, las horas de la tarde, el canto de María, el Magnificat, aparece en la Hora de la Tarde. “También que en el calendario eclesiástico en uso por nuestras iglesias aparecen la Festividad de María, madre de nuestro Señor, el 15 de agosto; la fiesta de la Anunciación, el 25 de marzo, y la Fiesta de la Visitación, el 31 de mayo”.

Entre otras consideraciones y citas, Calvo mencionaba una frase de Martín Lutero: “Rogamos a Dios que nos dé el debido entendimiento de este Magnificat, para que no sólo brille y hable, sino que arda y vida en cuerpo y alma. Así nos lo conceda Cristo, por la intercesión y por causa de su amada madre María. Amén. (Obras de Martín Lutero, Bs. Aires, Ediciones La Aurora, 1979, t. 6, pág. 433)”. Y concluía Calvo: “En la conclusión reafirma el carácter de intercesora de María”.

Un dato significativo es que durante 18 años se realizó una peregrinación ecuménica al santuario mariano de Luján, en la que confluían cada año católicos, ortodoxos y anglicanos. Calvo fue varios años, a título personal, sin llevar representación de su comunidad, a esa manifestación de fe mariana.

Reconocimiento del bautismo
Participó en la Comisión Ecuménica de Iglesias Cristianas en Argentina (CEICA), espacio de encuentro de protestantes, católicos y ortodoxos desde hace más de tres décadas, de la cual fue vicepresidente.

Durante varios años fue profesor en el Curso para la Formación en y para el Diálogo Interreligioso, organizado por Valores Religiosos.

Además, tuvo una activa participación en una declaración preparada por una comisión conjunta de cuatro expertos católicos (entre ellos el presbítero Osvaldo Santagada y el doctor Norberto Padilla) y tres luteranos de la IELU, firmada el 12 de diciembre de 1987, que expresaba con brevedad los principales aspectos del bautismo, abriendo el paso a una consecuencia práctica: el reconocimiento oficial del bautismo entre las iglesias participantes en el diálogo.

Ese texto recibió la aprobación de la Comisión Episcopal de Fe y Cultura de la la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) el 22 de marzo de 1988 y de la Comisión Permanente en diciembre del mismo año. A su vez, el Sínodo de la IELU lo aprobó el 28 de abril de 1988 y el de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) el 16 de octubre de 1989.

Esos pasos permitieron que el 30 de marzo de 1990, en el marco de una celebración ecuménica, monseñor Mario Serra, obispo auxiliar de Buenos Aires y a cargo de Ecumenismo en la Conferencia Episcopal, y los pastores Raúl Denuncio, por la IELU, y Rodolfo Reinich, por la IERP, ratificaran públicamente el texto de reconocimiento del bautismo.

De la Confraternidad Judeo Cristiana
La presidenta de la Confraternidad Argentina Judeo Cristiana, Martha de Antueno, escribió: “Querido, querido amigo y Pastor David Calvo. Desde la hermosa amistad que nos uniera durante tantos, tantos años, la CAJC, te despide con todo el amor y el respeto que supiste entregarnos en casi cincuenta años de trabajar juntos!"

“Fuiste maestro de maestros y desde que comenzamos la hermosa tarea de unirnos en el camino del Diálogo Interreligioso, fuiste puente entre las religiones y entre cada uno de quienes profesábamos una fe diferente, pero que encontraron en tu persona un refugio de sabiduría y comprensión, que vamos a extrañar demasiado.”

Más adelante expresó: “Tu bondad fue infinita y siempre estuviste dispuesto a colaborar, participar y enseñarnos posibilidades, desde esa humildad tan tuya que te caracterizó toda tu vida y de esa ternura que tanto extrañaremos”.+ (Jorge Rouillon)