Falleció el educador Marcos Ronchino

A los 102 años falleció el profesor de filosofía Marcos Ronchino, de larga trayectoria en la Universidad Católica Argentina (UCA). Dirigió el Consejo de Educación Católica de la arquidiócesis porteña

A los 102 años falleció el doctor Marcos Ronchino, profesor de filosofía, de larga y valiosa labor educativa en la Universidad Católica Argentina (UCA) y otras instituciones, de profunda fe cristiana y coherencia de vida, que dirigió el Consejo de Educación Católica de la arquidiócesis de Buenos Aires.

Fue director de la Superintendencia Nacional de Enseñanza Privada (SNEP) durante el gobierno de Arturo Illia en 1964 y fue uno de los primeros profesores de la licenciatura en Ciencias de la Educación en la UCA al iniciarse esta carrera en 1978.

Ronchino falleció en la madrugada del lunes 13 de marzo en su departamento en Buenos Aires y el sepelio se realizó el martes 14, a las 11, en el cementerio Jardín de Paz Oeste, en Luján.

Allí concelebraron una misa de cuerpo presente los sacerdotes Gabriel Dondo, de la prelatura del Opus Dei, y Héctor Armelin, de la diócesis de San Miguel. El presbítero Dondo dijo que al contemplar una vida tan larga siendo fiel a Dios, a su vocación cristiana, a su familia, a sus ideales, brota del corazón, sale del alma, una expresión: “Vale la pena”.

Con su esposa, Margarita Montero, fallecida en 2018, Ronchino tuvo cinco hijos, que a su vez le dieron 17 nietos y 15 bisnietos, a los que procuró acompañar con cariño y guiar en su formación humana y cristiana.

Había nacido en Caluso, un pueblo de Piamonte, Italia, el 2 de febrero de 1921, de donde vino a los dos años a la Argentina con sus padres, que se establecieron en la ciudad de Rosario. Allí nació años después, en 1928, su único hermano, Pedro, que fue sacerdote salesiano y se desempeñó como obispo de Comodoro Rivadavia entre 1993 y 2005; falleció en Córdoba en 2020.

Cuando cumplió 100 años, el 2 de febrero de 2021, Marcos Ronchino recibió una bendición personal del papa Francisco, a quien había tratado habitualmente cuando el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Antonio Quarracino, le encomendó dirigir el Consejo de Educación de la arquidiócesis, en la década de 1990.

El educador fallecido impregnó con una profunda vida de piedad su tarea intelectual, su dedicación a su familia y sus obligaciones sociales y cívicas, buscando amar a Dios sobre todas las cosas, poniendo su confianza en el Señor. Hasta diciembre último, teniendo 101 años, asistía a misa cuatro veces por semana, siendo llevado en silla de ruedas hasta la parroquia de San Nicolás de Bari, en el barrio porteño de Recoleta, a unas tres cuadras de su casa, lo que después sólo pudo hacer algunas veces, esporádicamente. Tenía una tierna devoción a la Virgen, a quien se dirigía con el rezo diario del Rosario hasta su fallecimiento.+