En Luján, la diócesis de Morón pidió a la Virgen que sea su guía en el camino sinodal
- 18 de mayo, 2022
- Morón (Buenos Aires) (AICA)
Las comunidades de las distintas ciudades que conforman la diócesis de Morón participaron el domingo 15 de mayo de la peregrinación anual a la basílica y santuario nacional de Nuestra Señora de Luján.
Las comunidades de la diócesis de Morón participaron el domingo 15 de mayo de la peregrinación anual al santuario nacional de Nuestra Señora de Luján.
Al llegar la basílica, el obispo diocesano, monseñor Jorge Vázquez, presidió la Eucaristía, que fue ocasión para la admisión a las Sagradas Órdenes del seminarista Mauro Monteggia.
La peregrinación llevó el lema «Agradecidos por estos 65 años de vida diocesana, guíanos Madre peregrina en nuestro camino sinodal», y el objetivo fue caminar juntos, rezando, cantando y alabando a María rumbo al Santuario donde a las 15, a los pies de la imagen original de Nuestra Señora de Luján, se desarrolló la misa.
En su homilía, monseñor Vázquez se dirigió a la Virgen para sintetizar el dolor de los años transcurridos en pandemia: «Todavía nos pesa lo vivido, nos sentimos frágiles y temerosos, con miedo a salir nuevamente al camino», expresó. La pandemia impidió dos ediciones de esta tradición anual diocesana.
Siguiendo el lema de la convocatoria, el obispo también recordó que peregrinaron para «dar gracias por nuestro caminar como Iglesia de Morón en estos 65 años de vida». Y recordando el momento histórico del sínodo diocesano, pidió a la Virgen: «Madre, implora para nosotros la luz que nos permita descubrir lo que el Espíritu nos está diciendo como Iglesia de Morón a través de los signos de los tiempos».
«Enséñanos a caminar juntos, haciendo sínodo», pidió el obispo, e invitó a María a acompañar y caminar «con nosotros, así no nos perderemos por senderos que no conducen a ningún lado».
«Madre, compartiendo tu abrazo estamos haciendo verdaderamente el camino del sínodo. La sinodalidad es un proceso que partiendo de la escucha y de una experiencia fuerte de comunión y participación, culmina en la misión. Por lo tanto, para que haya sínodo tiene que haber, como en Pentecostés, una salida misionera», consideró. «Madre, que tu mirada y tu abrazo nos impulsen a la misión», concluyó.+