El valor de una amistad: Recuerdo de Mons. Rodríguez-Melgarejo
- 19 de febrero, 2021
- La Plata (Buenos Aires) (AICA)
Mons. Aguer recordó su gran amistad con Mons. Rodríguez-Melgarejo, "aunque en los ´70 no estuviéramos de acuerdo en todo".
El arzobispo emérito de La Plata, monseñor Héctor Aguer, recordó con afecto su amistad con monseñor Guillermo Rodríguez-Melgarejo, obispo emérito de San Martín, comentando que falleció el 4 de enero “tras una larga enfermedad que sobrellevó con una paciencia y serenidad admirables”. Lo hizo en el programa Claves para un Mundo Mejor, emitido el sábado 13 de febrero por el Canal 9 de TV.
Monseñor Aguer comenzó diciendo que el pasado 4 de enero falleció monseñor Guillermo Rodríguez-Melgarejo, obispo emérito de San Martín, un gran amigo. Guillermo murió "después de una larga enfermedad que sobrellevó con una paciencia y una serenidad admirables”.
Dolor por la crisis y declinación de la Iglesia
“Teníamos -dijo- muchas cosas en común: por empezar la edad porque él había nacido un 20 de mayo y yo un 24 de mayo del mismo año o sea que era 4 días mayor que yo. Luego estudiamos en el Seminario de Buenos Aires. Él en los cursos superiores porque había ingresado antes, fuimos ordenados para el clero de Buenos Aires. Luego yo estuve 14 años en la diócesis de San Miguel pero siempre conservamos una gran amistad aun cuando por ejemplo en ese tiempo de discusiones de los años ´70 no estuviéramos de acuerdo en todo porque eran momentos muy difíciles”.
“Después ambos hemos sido obispos auxiliares del inolvidable cardenal Antonio Quarracino. Yo un poco antes que Guillermo y ahí tuvimos otra vez ocasión de trabajar pastoralmente juntos. Y, en estos últimos años, nos hablábamos frecuentemente y compartíamos la preocupación y el dolor por la situación de la Iglesia, por la crisis y la declinación de la Iglesia, situación que no se puede disimular con lindas palabras. En eso mostramos cómo hay una relación que se funda en principios fundamentales como la fe, el arraigo y el amor a la Iglesia”.
Portador de un mensaje de Benedicto XVI
Prosiguiendo su charla, monseñor Aguer manifestó su deseo de “contar una anécdota que me parece viene muy al caso". "Hace 3 años -dijo- Guillermo fue a Roma y consiguió una entrevista con el papa emérito Benedicto XVI. Me contó que cuando se despedían Su Santidad le dijo: “Dele mis saludos a monseñor Aguer”. Cuando Guillermo me trasmite ese mensaje yo creí que era un chiste pues si bien había tratado muchas veces con el entonces cardenal Joseph Ratzinger cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, siendo Sumo Pontífice luego, y lo había visto también como Papa Emérito, pero pensé cómo ese hombre de Dios, ese gran Doctor de la Iglesia se va a acordar del piojo que soy yo. Pero Guillermo insistió, así que finalmente le creí y le agradecí que haya sido portador del mensaje”.
“Después le escribí a Benedicto XVI una cartita agradeciéndole el saludo y me contestó con un libro suyo dedicado que conservo como una reliquia, donde me escribe: “A Su Excelencia Monseñor Héctor Aguer con muchos augurios y en señal de amistad” (dando vuelta el libro muestra a los televidentes la dedicatoria). "Ven con esa letrita pequeñísima que tiene Benedicto XVI y que, como les digo, conservo como una joya”.
Actitud del católico respecto del amor a la Iglesia
“Les digo todo esto -prosiguió monseñor Aguer- porque me parece que una relación de esta característica fundada en el amor a la Iglesia es algo fundamental porque así uno puede juzgar objetivamente de las cosas. En estas conversaciones que teníamos con monseñor Rodríguez Melgarejo acerca de la situación de la Iglesia actual no poníamos nada pasional, nada ideológico, sino simplemente expresábamos el juicio que nos merecía un largo tiempo de servicio a la Iglesia. Lo vimos en distintas circunstancias y, como dije, no siempre de acuerdo en todo pero aquí veíamos algo fundamental”.
“Creo que este ejemplo que les doy puede servir para ilustrar lo que debe ser la actitud del católico respecto de la Iglesia y del amor a la Iglesia. Al mismo tiempo el conocimiento de la Iglesia y el poder reconocer que la Iglesia tiene sus defectos y que a lo largo de la Historia ha tenido sus fallas. Tiempos mejores y tiempos peores. No engañarse con lindas palabras acerca de las cosas que uno ve o que uno sabe que existen. Nosotros sabemos que en la Iglesia hay grandes problemas, grandes dificultades, pero eso tiene que llevarnos a amarla más y a rezar más por ella.
Por último, y para concluir su intervención en el programa Claves para un Mundo Mejor, monseñor Aguer expresó: "Nosotros no vamos a resolver esos problemas porque están muy por encima de nosotros y encima de todo está la providencia admirable de Dios que permite el mal y sabe sacar del mal el bien. También en situaciones penosas de la Iglesia Dios sabe enfocar las cosas de tal manera que eso sirva para la salvación de muchos”.+