El Papa recuerda que 'el deporte enseña sacrificio y trabajo en equipo'
- 10 de julio, 2023
- Ciudad del Vaticano (AICA)
Dirigiéndose a los miembros del club de fútbol español Celta de Vigo, a los que recibió este lunes 10 de julio, Francisco destacó el verdadero significado del deporte.
El Papa Francisco recibió, este lunes en el Vaticano, a los jugadores y directivos del Real Club de Fútbol Español Celta de Vigo, que celebra su centenario. El club, también conocido simplemente como 'Real Celta', fue fundado en la localidad de Vigo, en Galicia, en 1923.
En su discurso, el pontífice volvió a reflexionar sobre el deporte como metáfora de la vida y sobre su verdadero significado como “oportunidad para redescubrir y promover valores”, como la entrega generosa, el trabajo en equipo, pero también la acogida del otro como amigo, para promover un mundo más solidario y fraterno.
Observando que el equipo lleva el mismo color celeste del manto de la Virgen María y de la selección de fútbol de la Argentina, su país natal, Francisco inició su reflexión señalando que es casi como si María "hubiera querido ubicarse en las dos orillas del Atlántico, donde nos ha unido más que separarnos, para que nunca la olvidemos".
El Santo Padre también recordó que, cuando el actual presidente del Celta, Carlos Mouriño Atares, nacido en Vigo, tuvo que cruzar de joven el Atlántico para criar a su familia en Sudamérica, dejando su ciudad natal por un tiempo, dejó "más de un pedazo de su corazón” esperándolo en España, adonde finalmente regresó.
“En cierto modo”, dijo el Papa, “podríamos decir que el corazón de la humanidad está formado por todos esos pedacitos que, quedándose o partiendo, nos recuerdan en el fondo que todos estamos unidos; que todos somos peregrinos en el tormentoso mar de la existencia.”
El pontífice reflexionó sobre otra característica de la insignia del equipo: la Cruz de Santiago (una cruz que se asemeja a una espada, con la empuñadura y el brazo en forma de flor de lis), alzándose como un estandarte de victoria. “También esa cruz, que recuerda a su patria gallega -señaló- la une a Europa y, en ella, a toda la cristiandad, que desde tiempos inmemoriales caminó tras las huellas del primer Apóstol que derramó su sangre por Cristo”.
Abnegación y trabajo en equipo
Como la Cruz de Santiago, el Papa remarcó que, “tanto en el estadio como en la vida, sus armas son esos pequeños gestos, a los que a veces no prestamos atención: ganar desde la humildad, trabajar en equipo sin depender sólo de la propia propias fuerzas, entendiendo que la victoria es de todos. Es también entregarse generosamente, sin escatimar esfuerzos, sabiendo sacrificarse por el otro”.
“El trabajo en equipo es importante: cuando no se trabaja en equipo en el mundo del deporte, todos pierden”, señaló, y prosiguió el Santo Padre: “Del mismo modo, es aceptar que compararnos con otros equipos sirve para mejorar, para aprender, para ponernos a prueba y evaluar nuestro juego”. En ese sentido, subrayó, “el otro, más que un adversario digno de respeto, es siempre un amigo bienvenido”.
Juego y vida
“Si nuestro juego y nuestra vida son coherentes entre sí, daremos este ejemplo y seremos capaces de transmitir no la pasión por los colores que excluyen, sino el amor por lo que representan”, dijo el Papa Francisco, y expresó: “Estas banderas blancas y celestes y este camino del Apóstol Santiago nos permiten atravesar océanos y unir continentes, en espera de la corona de justicia que el Señor, justo Juez, otorgará a todos los que esperan en Él”.
Para concluir, el Sucesor de Pedro insistió, una vez más, en la importancia de preservar la dimensión amateur del deporte. “Cuando el deporte pierde esa dimensión”, advirtió, se convierte en un “negocio aséptico, carente de pasión”.+