El Papa pidió no abandonar a los ancianos y condenó el tráfico de armas
- 28 de julio, 2024
- Ciudad del Vaticano (AICA)
Tras el rezo del Ángelus, Francisco instó a decirle "no" a la soledad de los adultos mayores. También consideró que la venta de armas contradice el espíritu de hermandad de los Juegos Olímpicos.
Tras el rezo de la oración mariana del Ángelus, el Papa Francisco pidió no abandonar a las personas ancianas y volvió a condenar el tráfico de armas.
Al recordar que este domingo se celebra la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos, advirtió: "El abandono de las personas mayores es, de hecho, una triste realidad a la que no debemos acostumbrarnos".
"Para muchos de ellos, especialmente en estos días de verano, la soledad corre el riesgo de convertirse en una carga difícil de soportar", afirmó, e invitó a los fieles presentes en la plaza de San Pedro a homenajear a los adultos mayores con un aplauso.
Francisco también instó a reforzar "la alianza entre nietos y abuelos, entre jóvenes y mayores", para "decir no a la soledad de los mayores".
"Nuestro futuro depende mucho de cómo abuelos y nietos aprendan a convivir", concluyó.
La jornada, instituida por Francisco en 2021, se celebra el cuarto domingo de julio, cerca de la conmemoración litúrgica de los santos Joaquín y Ana. El lema de este año es: "En la vejez no me abandones".
Cercanía con Etiopía y condena de la fabricación de armas
En sus saludos tras el Ángelus, el Papa recordó a la población del sur de Etiopía, golpeada por un devastador deslizamiento de tierra, y condenó la fabricación y venta de armamento, que alimenta "guerras grandes y pequeñas" y que la comunidad internacional "no debe tolerar".
"Aseguro mis oraciones por las víctimas del gran desprendimiento de tierras que arrasó un pueblo del sur de Etiopía. Estoy cerca de esa población tan probada y de quienes están llevando socorro", expresó.
En Etiopía se comenzaron, este domingo, tres días de luto, mientras los equipos de rescate siguen excavando en Kencho Shacha Gozdi, en búsqueda de personas que hayan quedado atrapadas bajo tierra.
Los sobrevivientes, conmocionados, ya han empezado a enterrar a las víctimas de lo que se considera el desprendimiento de tierra más mortífero jamás registrado en esa nación del Cuerno de África: en efecto, el número de muertos ronda los 260, pero la cifra podría llegar a duplicarse.
El primer ministro etíope, Abiy Ahmed, visitó el sábado el lugar de la tragedia, situado a 480 kilómetros de la capital, Addis Abeba, y plantó un árbol en un cementerio. Las operaciones de búsqueda continuarán, aseguró el portavoz gubernamental, mientras unos 500 desplazados reciben ayuda de emergencia.
El pontífice lamentó que, mientras hay tanta gente en el mundo que sufre por las calamidades y el hambre, se sigan construyendo y vendiendo armas y quemando recursos, alimentando guerras grandes y pequeñas.
"Esto es un escándalo que la comunidad internacional no debe tolerar, y contradice el espíritu de fraternidad de los Juegos Olímpicos que acaban de comenzar", aseveró, y recordó: "No lo olvidemos, hermanos y hermanas: ¡la guerra es siempre una derrota!".+