Viernes 15 de noviembre de 2024

El Papa encomendó a la Virgen a Benedicto XVI

  • 1 de enero, 2023
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
"Que lo acompañe en su paso desde este mundo hacia Dios", rezó Francisco durante la primera misa de 2023, este 1 de enero, solemnidad de Santa María Madre de Dios.
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Este domingo 1 de enero el papa Francisco encomendó a la Virgen María a su predecesor, fallecido ayer a los 95 años.

“Hoy confiamos a María Santísima al amado papa emérito Benedicto XVI, para que lo acompañe en su paso de este mundo a Dios”, improvisó el papa Francisco durante la homilía de la misa celebrada en la basílica de San Pedro, en la solemnidad de Santa María Madre de Dios, y celebración de la 56 Jornada Mundial de la Paz.

Francisco señaló que “el año, que se abre con el signo de la Madre de Dios y Madre nuestra, nos dice que la clave de la esperanza es María, y la antífona de la esperanza es la invocación de la Santa Madre de Dios”.

El Papa expresó su preocupación por los que están enfrentando pruebas severas en áreas de conflicto, en medio de privaciones y abusos, y no pueden celebrar las fiestas navideñas e invitó a clamar "por los que no tienen paz" a María, "la mujer que trajo al mundo al Príncipe de la Paz".

“Oremos -exhortó el pontífice- a la Madre, de manera especial por los niños que sufren y ya no tienen fuerzas para rezar, por tantos hermanos y hermanas afectados por la guerra en muchas partes del mundo, que viven estos días de fiesta en la oscuridad y en el frío, en la miseria y en el miedo, inmersos en la violencia y la indiferencia".

Dios no nos ama de palabra, sino con hechos
En su homilía, el Santo Padre Francisco reflexionó sobre esta "noticia bellísima: Dios tiene una Madre y, de ese modo, se ha vinculado para siempre con nuestra humanidad, como un hijo con su madre, hasta el punto que nuestra humanidad es su humanidad” y, así, Dios se hace cercano a la humanidad, “abrazándola de forma real y plena” expresando su amor.

“Dios no nos ama de palabra, sino con hechos; no lo hace “desde lo alto”, desde lejos, sino “de cerca”, desde el interior de nuestra carne, porque en María el Verbo se hizo carne, porque en el pecho de Cristo sigue latiendo un corazón de carne, que palpita por cada uno de nosotros”.

El título “Santa María Madre Dios”, explicó el Papa, entró "en el corazón del pueblo de Dios, en la oración más familiar y hogareña que acompaña el ritmo de las jornadas, los momentos más penosos y las esperanzas más audaces: el avemaría”. En efecto, subrayó que la invocación "'Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores’, muchas veces marcó el ritmo de nuestras jornadas y permitió a Dios acercarse, por medio de María, a nuestras vidas y a nuestra historia".

Francisco exhortó a pedir la intercesión de la Virgen María por la paz en la Tierra: "A través de las manos de una Madre, la paz de Dios quiere entrar en nuestras casas, en nuestros corazones, en nuestro mundo".  

El año comienza bajo la protección maternal de la Virgen
“Hoy, al comienzo del año -dijo Francisco- en lugar de sentarnos a pensar y a esperar que las cosas cambien, nos vendría bien preguntarnos: Yo, ¿hacia dónde quiero ir este año?, ¿a quién voy a hacer el bien?”.

“Hoy el Señor ha venido para estar entre nosotros y la Santa Madre de Dios lo pone ante nuestros ojos. Redescubramos, en el impulso de ir y en el asombro de ver, los secretos para hacer este año verdaderamente nuevo.+