Viernes 15 de noviembre de 2024

El Papa: el Sínodo "un compromiso eclesial indispensable"

  • 9 de octubre, 2021
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Discurso del pontífice en el momento de reflexión, este sábado 9 de octubre, al inicio del proceso sinodal que abrirá solemnemente este domingo en la basílica de San Pedro.
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El Sínodo es un camino, no exento de riesgos, pero también un itinerario que debemos emprender juntos para aprovechar las grandes oportunidades, dijo, este sábado 9 de octubre el papa Francisco, en su discurso pronunciado en el Aula Nueva del Sínodo, para el inicio del proceso sinodal que abrirá solemnemente mañana, domingo, en la basílica de San Pedro.

La asamblea sinodal no es un parlamento con la lógica de la mayoría y la minoría, sino un proceso señalado por tres palabras: "comunión, participación, misión", definió Francisco el proceso sinodal "Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión".

Dirigiéndose a los presentes -obispos, sacerdotes, religiosos y laicos- les dijo: "Han venido de muchas calles e iglesias, cada una con preguntas y esperanzas en el corazón, y estoy seguro de que el Espíritu nos guiará y nos dará la gracia para caminar juntos, escucharnos e iniciar un discernimiento de nuestro tiempo, solidando los esfuerzos y deseos de la humanidad”.

Comunión y misión
Las primeras palabras clave del Sínodo, comunión y misión, son "expresiones teológicas". Designan "el misterio de la Iglesia que es bueno recordar" y la tarea que Cristo le confió. Y Pablo VI quiso “condensar precisamente en estas dos palabras, comunión y misión, las líneas maestras enunciadas por el Concilio”.

Pero “comunión y misión corren el riesgo de quedar en términos algo abstractos si no se cultiva una praxis eclesial que exprese la concreción de la sinodalidad en cada paso del camino y del trabajo, promoviendo la implicación real de todos y cada uno. Quisiera decir que celebrar un Sínodo siempre es hermoso e importante, pero es verdaderamente fecundo si se convierte en expresión viva de ser Iglesia, de actuar caracterizado por la verdadera participación. Y esto no está pasado de moda. La participación es un requisito de la fe bautismal”. 

Participación
Precisamente -dijo el Papa- del Bautismo, “el punto de partida, en el cuerpo eclesial”, deriva “la igual dignidad de los hijos de Dios, a pesar de la diferencia de ministerios y carismas. Para ello, todos están llamados a participar en la vida de la Iglesia y en su misión. 

Si no hay una participación real de todo el Pueblo de Dios, los discursos sobre la comunión corren el riesgo de seguir siendo intenciones piadosas. 

En este aspecto hemos dado algunos pasos hacia adelante, pero todavía es un cierto esfuerzo y nos vemos obligados a dejar constancia de las penurias y sufrimientos de muchos agentes pastorales, de los órganos de participación de las diócesis y parroquias, de las mujeres que a menudo siguen en pie. Todos participan: ¡es un compromiso eclesial indispensable!".

Los riesgos
El Sínodo, por tanto, "ofrece una gran oportunidad para una conversión pastoral en clave misionera y también ecuménica", pero presenta tres riesgos, comenzando por el formalismo. 

"Si hablamos de Iglesia sinodal, no podemos conformarnos con la forma, pero también necesitamos sustancia, herramientas y estructuras que favorezcan el diálogo y la interacción en el Pueblo de Dios, especialmente entre sacerdotes y laicos" porque "a veces hay cierto elitismo en el orden presbiteral que le hace prescindir de los laicos y el sacerdote finalmente se convierte en dueño de la choza”. 

El segundo riesgo es el intelectualismo, "hacer del Sínodo una especie de grupo de estudio", sobre los problemas de la Iglesia y del mundo, un "hablar de él" en el que se acaba "retrocediendo en las estériles clasificaciones ideológicas y partidistas habituales y separándose de la realidad del pueblo santo de Dios, de la vida concreta de las comunidades del mundo". 

El tercer riesgo es "la tentación de la inacción", el "como siempre se ha hecho, es mejor no cambiar" que es "un veneno en la vida de la Iglesia". Con el peligro de que “se adopten viejas soluciones para nuevos problemas”.

Oportunidad de escucha
El Sínodo, en cambio, debe ser una “oportunidad de encuentro, escucha y reflexión”, “un tiempo de gracia que, en la alegría del Evangelio, nos permita aprovechar al menos tres oportunidades. El primero es encaminarse no ocasionalmente sino estructuralmente hacia una Iglesia sinodal: un lugar abierto donde todos se sientan como en casa y puedan participar. 

El Sínodo nos ofrece entonces la oportunidad de convertirnos en una Iglesia de la escucha: romper con nuestros ritmos, detener nuestras ansias pastorales para detenernos y escuchar. "Escuchar al Espíritu en la adoración y la oración, escuchar a los hermanos y hermanas sobre las esperanzas y crisis de fe en las distintas áreas del mundo, sobre las urgentes necesidades de renovación de la vida pastoral, sobre los signos que surgen de las realidades locales", concluyó el Papa,

La XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo comienza el 10 de octubre de 2021, con la misa del Papa en San Pedro. Seguirá luego el "camino" de todas las Iglesias particulares con la escucha de todo el Pueblo de Dios y la fase de celebración, con la asamblea de octubre de 2023, y de nuevo la posterior, puesta en práctica. El documento final llegaría al obispo de Roma, como "un acto de magisterio de los obispos esparcidos por el mundo en comunión con el Papa”, explicó el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo, al concluir la sesión.+