Viernes 15 de noviembre de 2024

El Papa adopta medidas medioambientales para el Vaticano

  • 12 de diciembre, 2020
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
"Ha llegado el momento de un cambio de rumbo. No robemos a las nuevas generaciones la esperanza en un futuro mejor", expresó en un videomensaje a una cumbre sobre Ambición Climática.
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El papa Francisco anunció la adopción por parte de la Santa Sede de una estrategia de reducción de emisiones netas cero, net-zero emission. Lo hizo a través de un videomensaje a la Cumbre Virtual de Alto Nivel sobre Ambición Climática, organizada este 12 de diciembre por Gran Bretaña y Francia, en asociación con Chile e Italia.

El pontífice afirmó que esta estrategia, se moverá en dos niveles: 1. Compromiso del Estado de la Ciudad del Vaticano de reducir las emisiones netas a cero para el 2050.  2. Compromiso de la Santa Sede para promover la educación en ecología integral.  

Para alcanzar el objetivo de la neutralidad climática para 20502 , el Estado de la Ciudad del Vaticano, SCV, pondrá en marcha proyectos tanto para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero como para mejorar las fuentes de su absorción mediante, por ejemplo, procesos de reforestación. Para ello, intensificará sus esfuerzos de gestión ambiental en favor del uso racional de los recursos naturales como el agua y la energía, la eficiencia energética, la mejora de su patrimonio tecnológico, la movilidad sostenible, la reforestación y la economía circular como la gestión de los desechos

Durante muchos años el SCV se ha comprometido a promover el desarrollo sostenible para la protección de la Casa común. Cabe destacar, de hecho, las políticas ambientales y energéticas aplicadas en la SCV para reforzar el uso de las fuentes de energía renovables mediante la construcción de plantas fotovoltaicas y de refrigeración solar, así como la modernización de las centrales térmicas y los sistemas conexos de control de la temperatura con el fin de obtener un mejor rendimiento en cuanto a la eficiencia energética y las emisiones contaminantes a la atmósfera.

También se lograron progresos significativos en la optimización del uso del recurso hídrico, la reducción de los desechos comunes, el desarrollo del catastro arbóreo del Estado Vaticano y la promoción del consumo responsable (en 2019 se suprimió la venta de plástico de un solo uso). Otros aspectos importantes son los relativos a la puesta en marcha de un proceso de sustitución de su parque automovilístico por automóviles de tracción eléctrica o híbrida y la mejora del concepto de recuperación y reutilización en el ámbito de la gestión de los desechos.

De hecho, se destaca el fomento de la recogida selectiva de residuos urbanos (de una diferenciación del 42% en 2016 al 65% en 2020 con el objetivo de alcanzar el 75% en 2023) y la diferenciación de los residuos especiales igual al 99%. Se trata de claros ejemplos de economía circular, como la recuperación de los materiales de desecho del mantenimiento de las zonas verdes y los residuos orgánicos, transformándolos en abono de calidad y devolviendo al territorio los productos extraídos del medio ambiente.   

"Las medidas políticas y técnicas deben unirse con un proceso educativo que favorezca un modelo cultural de desarrollo y de sostenibilidad centrado en la fraternidad y en la alianza entre ser humano y ambiente", sostuvo el Papa y mencionó el Pacto educativo global,  que él inauguró,  este pacto acompañará a las escuelas y universidades católicas, frecuentadas por más de 70 millones de estudiantes en todos los continentes.

"He apoyado la Economía de Francisco, a través de la cual jóvenes economistas, empresarios, expertos en finanzas y en el mundo del trabajo, promueven nuevos caminos que superen la pobreza energética, que pongan el cuidado de los bienes comunes en el centro de las políticas nacionales e internacionales, y que favorezcan la producción sostenible también en países con baja renta compartiendo tecnologías avanzadas apropiadas", afirmó.

Al anunciar estos compromisos, el Santo Padre recordó la importancia de que "la actual pandemia y el cambio climático [...] nos llaman a la responsabilidad de promover, con un compromiso colectivo y solidario, una cultura del cuidado, que ponga en el centro la dignidad humana y el bien común ".

"Ha llegado el momento de un cambio de rumbo. No robemos a las nuevas generaciones la esperanza en un futuro mejor", concluyó.+