El Papa a los Hermanos Lasallanos: "el mundo vive una emergencia educativa"
- 21 de mayo, 2022
- Ciudad del Vaticano (AICA)
La fraternidad, el desafío del cuidado de la Casa común y los "desafíos educativos" que el Papa recordó a los Hermanos de las Escuelas Cristianos a los que recibió este sábado.
“El mundo vive una emergencia educativa. El pacto educativo se ha roto, se rompe, y ahora se separa el Estado, los educadores y la familia. Hay que buscar un nuevo pacto que sea la comunicación, trabajar juntos”, señaló el papa Francisco a los Hermanos de las Escuelas Cristianas (lasallanos) a los que recibió este sábado 21 de mayo.
“Esta emergencia educativa se agudiza por las consecuencias de la pandemia. Los dos grandes desafíos de nuestro tiempo: el desafío de la fraternidad y el desafío del cuidado de la casa común, no pueden ser respondidos sino a través de la educación”, dijo Francisco a los participantes en el 46º Capítulo General de los Hermanos de las escuelas cristianas, que desarrollan proyectos educativos en escuelas, colegios y universidades de un centenar de países.
“Ambos son sobre todo retos educativos -precisó-. Y gracias a Dios la comunidad cristiana no sólo es consciente de ello, sino que está comprometida con esta obra, lleva mucho tiempo tratando de 'construir nuevas formas de transformar' el estilo de vida. Y ustedes, hermanos, son parte de esta obra de construcción, es más, están al frente, educando para pasar de un mundo cerrado a un mundo abierto; de una cultura del descarte a una cultura del cuidado; de la búsqueda de intereses partidistas a la búsqueda del bien común”.
El trabajo educativo, dijo el Papa, “es un gran don ante todo para quien lo hace: es un trabajo que pide mucho, ¡pero que da mucho! La relación constante con los educadores, con los padres, y especialmente con los niños y jóvenes es fuente siempre viva de humanidad, a pesar de todas las penalidades y problemas que conlleva”.
En este recorrido realizado con ellos, dijo, “ofrecen los valores de su rica tradición pedagógica: educar en la responsabilidad, la creatividad, la convivencia, a la justicia, a la paz; educar a la vida interior, a estar abiertos a lo trascendente, al sentido de asombro y contemplación ante el misterio de la vida y de la creación”.
Como educadores, prosiguió, “saben bien que esta transformación debe partir de la conciencia, o será sólo una fachada. Y saben también que esta obra no la pueden hacer solos, sino cooperando en una 'alianza educativa' con las familias, las comunidades y las comunidades eclesiales, con las realidades formativas presentes en el territorio”.
Pero, sobre todo, subrayó, “¡para ser buenos trabajadores, no hay que descuidarse! No puedes dar a los jóvenes lo que no tienes dentro de ti. El educador cristiano, en la escuela de Cristo, es ante todo testigo, y es maestro en la medida en que es testigo”.
El Papa culminó su audiencia pidiendo a Dios “para que sean hermanos no sólo de nombre, sino de hecho. Y para que sus escuelas sean cristianas no de nombre, sino de hecho”.+