Viernes 15 de noviembre de 2024

El Card. Poli ordenó cuatro diáconos camino al sacerdocio

  • 15 de marzo, 2022
  • Buenos Aires (AICA)
El arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Mario Aurelio Poli, presidió el 12 de marzo la ordenación diaconal de cuatro seminaristas de la arquidiócesis.
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Con una misa presidida por el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Aurelio Poli, el sábado 12 de marzo en la parroquia San Benito Abad, recibieron su ordenación diaconal camino al sacerdocio los jóvenes Jesús Carides, Ignacio Leggieri, Gonzalo Mordeglia y Hugo Portillo Espínola.

La ceremonia, sencilla y de espíritu familiar, estuvo animada por el coro de la arquidiócesis. En ese marco, los neodiáconos compartieron su alegría con familiares y seres queridos.

En su homilía, el arzobispo invitó a los jóvenes que recibieron el ministerio diaconal a seguir el ejemplo de Jesús y de su «amor hasta el extremo» en el lavado de los pies a sus discípulos, para «servir con amor a Dios y a los hombres», destacando que dar, sembrar el bien y compartirlo, y hacerse servidor de los demás es lo que hace madurar frutos de santificación para la salvación de todos.

El cardenal Poli destacó la tarea de los diáconos, principalmente en el servicio de las mesas como ministros del altar, para que «no falte el pan en la mesa de los pobres ni el Pan de Vida en la mesa del altar»; y además su ayuda al obispo y a su presbiterio en el anuncio de la Palabra de Dios; preparando el sacrificio de la Eucaristía y repartiendo el Cuerpo y la Sangre del Señor; proclamando el Evangelio a los que no creen y catequizando a los que creen; dirigiendo las celebraciones litúrgicas, en la administración del bautismo, la autorización y bendición de los matrimonios, el viático a los moribundos y el presidir las exequias con el consuelo de la fe.

Recordó también la convicción renovada en el Sínodo Arquidiocesano de ser una Iglesia de la caridad en Buenos Aires, priorizando el amor, en especial, en la integración y justicia de los más pobres, para la tarea de los cuatro jóvenes como Ministros de Jesús, testigos del bien y de la verdad, guiados por la fe, cimiento de la vida, y la esperanza, anhelo para la felicidad que proviene del Evangelio.

Al realizar sus promesas de obediencia, se pudo escuchar en todo el templo, con fuerza y claridad, el «Sí, queremos, con ayuda de Dios» a cuatro voces de los ordenandos que, de rodillas frente al arzobispo, recibieron sus consejos en un gesto paternal muy significativo.

Acto seguido se llevó a cabo la imposición de manos y oración de consagración, signos visibles de la ordenación diaconal, que concluyó con el abrazo fraterno de los cuatro nuevos diáconos y la alegría, emoción y entusiasmo de sus familiares y amigos.

La Iglesia de Buenos Aires dio gracias a Gonzalo, Jesús, Hugo e Ignacio por su entrega y servicio, y comprometieron su oración por los frutos de su misión evangelizadora en el ministerio del diaconado.+