El Card. Poli instó a los catequistas a ser "testigos de Jesús resucitado"

En el marco del Encuentro Arquidiocesano de Catequesis (EAC) y Agentes de Pastoral (AP) 2022, el arzobispo de Buenos Aires invitó a "renovar la transmisión de la fe en clave carismática y sinodal".

El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, instó a los catequistas porteños a ser “testigos de Jesús resucitado”, en el marco del Encuentro Arquidiocesano de Catequesis (EAC) y Agentes de Pastoral (AP) 2022, que se desarrolló de manera virtual desde las cuatro vicarías arquidiocesanas el pasado sábado 12 de marzo con el lema “Caminamos juntos en el anuncio testimonial del Evangelio”.

En su mensaje, el purpurado porteño consideró a Juan el Bautista como el primer catequista testigo y recordó también que cuando los apóstoles eligieron a Matías para completar a los doce, optaron por “un testigo”.

Tras afirmar que el I Sínodo Arquidiocesano dejó plasmado en el documento final cómo debería ser el ministerio de la catequesis, y citó el punto 32 referido a las prioridades que emergen de los desafíos de la Pastoral Urbana.

“Está visto, que en nuestra época, la gente valora más a los testigos antes que a los maestros; y si bien los catequistas no pueden dejar de enseñar las cosas de Dios, no olviden de presentarse ante los catecúmenos como testigos convencidos de que Cristo vive”, sugirió, y agregó: “Como nos dice Francisco, el Papa, Cristo vive, esperanza nuestra; y Él es la más hermosa juventud de este mundo todo, lo que Él toca se vuelve joven, se hace nuevo, se llena de vida”.

El cardenal Poli advirtió sobre una “discontinuidad en la maduración de la fe” que, dijo, “debe interpelarnos”; por lo que consideró que “la catequesis tiene que llegar a tocar el corazón de todas las personas” e invitó a “renovar la transmisión de la fe en clave carismática y sinodal”.

Asimismo, estimó que el organismo diocesano del área debe asumir la formación de catequistas para “que sean al mismo tiempo testigos de la fe, maestros y mistagogos, acompañantes y pedagogos que enseñan en nombre de la Iglesia”.

“Puede ocurrir que alguno de ustedes se sienta indigno de asumir este bello ministerio, si así lo piensan, escuchen a san Pablo que nos invita a confiar en Quien nos ha elegido, a pesar de nuestra fragilidad. En la primera carta a los corintios nos dice: hermanos no nos predicamos a nosotros mismos, sino que predicamos a Cristo Jesús, como Señor. Nosotros nos presentamos como siervos vuestros por Jesús. El mismo Dios que dijo; ‘brille la luz del seno de las tinieblas, ha hecho brillar la luz en nuestros corazones, para que demos a conocer la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Cristo”, concluyó.

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