El Card. Poli en los festejos por los 80 años de la iglesia de Nuestra Señora del Buen Consejo
- 1 de noviembre, 2021
- Buenos Aires (AICA)
"Me sumo de corazón a este jubileo dando gracias a Dios por tantas entregas", expresó el arzobispo de Buenos Aires en referencia a quienes animaron y construyeron el templo del barrio Vélez Sarsfield.
El arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Aurelio Poli, presidió el 31 de octubre los festejos por los 80 años de la parroquia Nuestra Señora del Buen Consejo, del barrio porteño Vélez Sarsfield, que comenzaron el lunes 25 con la llegada de la imagen peregrina de San José de Flores al templo de Cardoso 242.
La misa por el jubileo del templo porteño fue concelebrada por el párroco, presbítero Alejandro Seijo.
El cardenal Poli centró su mensaje en el Evangelio del día, en amar a Dios con “todo tu espíritu y con todas tus fuerzas”, una de las dos respuestas que Jesús le dio al escriba, “judío piadoso que, con recta intención, quería saber cuál era el mandamiento más importante”. Y el arzobispo lo unió enseguida a la segunda, el mandamiento “tan importante como el primero” de amar al prójimo como a uno mismo.
“Qué lindo Evangelio para celebrar estos ochenta años”,destacó el purpurado. Y se refirió a unas ideas sobre el tema, de una carta del Papa a los jóvenes, después del Sínodo de la Familia. En primer lugar, Francisco dice que hay algo que no podemos olvidar: “Dios te ama y eres infinitamente amado por Dios”, con un amor incondicional más allá de nuestras debilidades y errores El amor de Dios consuela y sana… Perdona y salva. Dios no se molesta por las preguntas.
“¿Sabés qué le preocupa a Dios?”, preguntó con las palabras del pontífice, y detalló: “Que no le hables, que no reces, que no le dediques tiempo… Dios mira y escucha con su Sagrado Corazón. Y si tienes dudas, busca el abrazo del Padre del Cielo en el rostro de los testigos que hay en la tierra”.
“Hoy también nos visita San José, que siempre está atrás, que siendo segundón hizo grandes cosas. Y lo que más le interesa a la Virgen y a San José es que conozcamos y amemos a Jesús” concluyó el cardenal Poli.
La despedida de la imagen de San José se concretó por la noche con la concelebración, a las 19, que presidió el vicario episcopal de Devoto, monseñor Juan Carlos Ares, junto con los presbíteros Raúl Varela, Mario Micele (vocación surgida de esa comunidad) y el párroco, presbítero Alejandro Seijo.
En su mensaje, monseñor Ares subrayó tres características: no dejemos de escuchar, incluso a los que no nos gustan; el Señor es el único Señor, y también nosotros somos únicos, cada uno con sus dones al servicio de los demás y, el más importante, el amor a Dios y al prójimo.
“No podemos guardar toda la riqueza del Amor de Dios”, sostuvo, y agregó: “Querida comunidad, damos gracias a Dios por los 80 años y le pedimos escuchar, ser únicos y manifestar el amor como la Virgen y San José”.
Tras los fuegos artificiales, la imagen de San José fue trasladada al Instituto Berthier, desde donde el lunes inició su recorrido junto con los alumnos del barrio.
Los festejos incluyeron en la semana la procesión por las calles del radio parroquial, el servicio continuado de fotos que reflejaron la vida comunitaria a lo largo de los ochenta años y la actuación de la Orquesta Sinfónica de la Prefectura Naval Argentina dirigida por el maestro Martín Caila.
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