El Card. Poli animó a "bajar el Evangelio a las manos" como San Martín de Tours
- 12 de noviembre, 2018
- Buenos Aires (AICA)
Con una misa solemne presidida por el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Aurelio Poli, en la catedral metropolitana, la arquidiócesis porteña celebró el 11 de noviembre a su santo patrono, San Martín de Tours.
Ante un templo colmado, la misa estuvo concelebrada por el rector de la catedral padre Alejandro Russo, y contó con la presencia de una delegación de seminaristas de la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino (Fasta), y la presentación del coro Trinitatis de la catedral, dirigido por el maestro Felipe Delsart y acompañado en el órgano por el maestro Enrique Rimoldi.
En su homilía, el cardenal Poli invitó a hacer una interpretación del Evangelio a la luz de la vida de San Martín de Tours, "alguien que bajó a las manos Mateo 25, porque fue un santo de la caridad, de los pobres".
Tras relatar la elección del santo como patrono de Buenos Aires, y repasar detalles de su biografía, el purpurado destacó las virtudes de Martín, sobre todo la asistencia a los necesitados: "Visita las cárceles, evangeliza a los pobres pero también los asiste en sus necesidades, no hay indigencia a la que él no respondiese, y una característica de su personalidad es que él no pasaba sin tener una mirada compasiva como la de Jesús ante las miserias humanas", señaló.
"Después de tantos años de aquella elección como patrono de Buenos Aires, nos damos cuenta que necesitamos a Martín. En este tiempo sinodal en que revisamos también nuestra pastoral, queremos responder con la fuerza del Evangelio que es perfecto, pero con nuevo ardor, a las necesidades que tiene la gente en Buenos Aires, nuestros bautizados y todos los que entran y salen de la ciudad, y necesitamos el coraje de Martín, ese coraje de ponerse al frente de la batalla desarmado, solamente confiando en lo que decía el profeta Isaías: ?El Señor me ha ungido, está conmigo?", afirmó el cardenal Poli.
"Y también la caridad de Martín, la de compartir, la de no pasar, como dice la oración del sínodo, al lado del sufrimiento de cualquier hermano, indiferentes. Y Martín hace docencia en esto, porque lo peor que nos puede pasar a los porteños es eso, es ser indiferentes", consideró.
"Que en el día de hoy san Martín nos conceda este don: el de pasar ante toda necesidad humana y responder con lo que tenemos, con lo que podemos, y quedar intranquilos si no podemos hacer nada", pidió.
"Que el Señor nos conceda también esta actitud de oración que tuvo Martín, confianza en Dios, amor a los pobres, respeto a las autoridades como la tuvo él, que el Señor nos conceda en Martín una larga vida, como la tuvo él también en esta dichosa vida de entrega al Señor, para que nuestras pobres obras tengan también la respuesta", concluyó.
Historia de su patronazgo
El 20 de octubre de 1580, tres días después de la distribución de tierras en la recién fundada ciudad de la Santísima Trinidad en el puerto de Santa María del Buen Ayre, su fundador don Juan de Garay dispuso dar a la ciudad un patrono, como era costumbre entonces. Tras una votación, que se repitió tres veces, fue elegido el apóstol de las Galias, san Martín de Tours. Desde entonces, el 11 de noviembre, día de la conmemoración litúrgica del Santo, la capital de la Argentina rinde culto a su santo protector.
La historia de San Martín de Tours
Oriundo de Sabaria, en Panonia (hoy Hungría), hijo de un tribuno romano, se alistó como soldado a los quince años: en este período es cuando tuvo lugar la famosa escena de partir la capa militar para darle la mitad a un pobre. Bautizado a los dieciocho años, abandonó la milicia para convertirse en discípulo de san Hilario de Poitiers. Tras un viaje a la patria, empezó a hacer vida eremítica en la isla Gallinaria, cerca de Génova. Más tarde, fundó en Ligugé, el primer cenobio de Occidente.
El pueblo lo eligió obispo de Tours. Siendo obispo fundó el Maius Monasterium, destinado a ser un gran centro de vida religiosa, de donde salieron muchos candidatos al episcopado. Misionó el centro de Francia y se puso en contacto con las autoridades políticas, sobre todo para obtener la paz en los asuntos de los herejes priscilianistas, lo que le causó la enemistad de algunos.
Murió el 8 de noviembre en Candes, durante la visita pastoral del año 397. Un testigo directo dice que en sus funerales, celebrados el día 11, concurrió una impresionante multitud de fieles, en especial monjes y vírgenes. Martín es el primer santo no mártir venerado en la liturgia.+