Detallan cómo se aplicará en la Argentina el nuevo vademécum para casos de abuso
- 28 de julio, 2020
- Buenos Aires (AICA)
El Consejo Pastoral para la Protección de Menores y Adultos Vulnerables ofreció un conversatorio con detalles sobre el reciente vademécum con cuestiones procesales ante los casos de abuso sexual.
El Consejo Pastoral para la Protección de Menores y Adultos Vulnerables ofreció, el martes 28 de julio, un conversatorio a través de la plataforma Zoom con el objetivo de brindar detalles sobre el reciente vademécum, elaborado por la Congregación para la Doctrina de la Fe, con cuestiones procesales ante los casos de abuso sexual a menores cometidos por clérigos.
El encuentro estuvo presidido por monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, obispo de San Francisco y coordinador del Consejo, y contó con la participación del padre Mauricio Landra, exdecano de la facultad de Derecho Canónico de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA), la licenciada María Inés Franck, secretaria ejecutiva y el licenciado Gonzalo Moreira, referente de Comunicación del Consejo, que ofició como moderador.
Al inicio de la actividad, monseñor Buenanueva destacó que la crisis de los abusos “es grave y es honda”, y que este proceso “es un gran aprendizaje de la Iglesia” en el que “cada vez vemos más rostros laicales y más rostros femeninos”.
“Estos rostros son un signo de esperanza muy grande, porque el problema de los abusos es un abuso de poder que puede tomar la forma de un gesto de carácter sexual, pero en su naturaleza más profunda es abuso de poder, abuso de la conciencia, por eso hablamos del clericalismo como deformación del rol de los clérigos en la Iglesia”, advirtió.
“La respuesta de la Iglesia lo que hace es convocar a laicos, consagrados que sienten que no pueden mirar este problema desde la vereda de enfrente. Este es uno de los signos más alentadores: que muchos bautizados están sintiéndose involucrados en este aprendizaje que la Iglesia está atravesando”.
En este sentido, el obispo aclaró que “el vademécum es un paso más, es muy importante”. Se trata de “un manual que clarifica el itinerario a recorrer para transitar el problema de abusos”. Con este instrumento, la Iglesia “comienza a responder a interrogantes que cualquiera que haya tenido que enfrentar este problema, ha tenido que atravesar en algún momento”.
Por su parte, el padre Mauricio Landra presentó “el marco de referencia de este texto universal de la iglesia” y destacó que “el vademécum no es un texto normativo, no es una ley nueva y no reemplaza la legislación vigente en cuanto al tratamiento legal del abuso sexual”.
“Lo que se intenta hacer con este texto de la Congregación para la Doctrina de la Fe es un manual para tratar de modo homogéneo esta problemática eclesial y sus características, sus consecuencias, incluso en algunos detalles que hacen a la homogeneidad en la práctica. Por más que sea accesible a cualquiera, está destinado al operador, al que va a acompañar a la autoridad eclesiástica para hacer la tarea de modo eficaz en orden a su fin. Buscar la verdad, restablecer la justicia, y reparar. Si es necesario con una sanción”, explicó y aclaró: “No pretende sustituir una formación de los profesionales del derecho canónico”.
Lo que refleja el vademécum, explicó el sacerdote, es “una problemática que se está tratando de un modo más uniforme, con un ritmo distinto que hace unos años, aunque a nivel universal nunca será parejo”. En Argentina, destacó, “ha adquirido cierta eficacia con los tiempos, los plazos, las comunicaciones, a quién recurrir, cómo hacerlo. Y aquí aparece la relación con el Estado en el tratamiento penal”, detalló.
“El vademécum también plantea una unificación en el lenguaje con el derecho secular”, explicó, y aclaró: “La autoridad civil tendrá obligaciones relacionadas a ciudadanos; la Iglesia los tratará como cristianos”.
“El vademécum trata los delitos cuando en los hechos participan clérigos y cuando las víctimas son menores de edad o equiparados a ellos, o son personas vulnerables”. Por lo tanto, “si estas personas son mayores de edad y se consideran vulnerables”, detalla el vademécum “el tratamiento lo hará el organismo de la Santa Sede correspondiente. No es un tratamiento uniforme”, aclaró el padre Landra. Por otra parte, “el vademécum no sólo menciona a los obispos diocesanos sino también a los equiparables y a la vida consagrada, sean o no clérigos”.
A su turno, la licenciada María Inés Franck consideró que el vademécum plantea “una novedad en la serie de recomendaciones sobre cuestiones que hacía falta aclarar, no desde lo jurídico sino en la práctica”.
En ese sentido, quiso destacar las que le resultaron de mayor utilidad: “Describe más exhaustivamente las conductas incluidas en este delito canónico, ya que el término ‘delitos contra el 6º mandamiento’ muchas veces no se entendía en términos seculares; también describe el origen que puede tener esta noticia para la Iglesia: desde una denuncia hasta una comunicación telefónica, los medios de comunicación o las redes sociales, se refiere a las noticias que puedan tener fuente anónima o que sean vagas o no se sepa quién es el denunciante, recomienda iniciar una investigación”.
Por otra parte, señaló: “Se reafirma con firmeza que el sigilo sacramental, que en muchos ámbitos seculares fue discutido, es inviolable; además da algunas orientaciones sobre la comunicación: la importancia de comunicar con seriedad y con las palabras adecuadas, sin prejuzgar situaciones que están siendo discernidas por la justicia, pero cuando hay que informar hacerlo con la mayor claridad posible; la obligación de informar a autoridades estatales, aunque el Estado no lo tenga en su legislación, es recomendable informar a las autoridades de protección de niñez y adolescencia sobre denuncias de esta naturaleza”.
Además, tal como lo explicaba el padre Landra, “se refiere a la relación entre el fuero civil y el fuero canónico, para el Estado tienen una connotación en tanto civiles y para la Iglesia en tanto fieles, pero es fundamental que se dé una colaboración en caso de ser necesario: en este sentido el levantamiento del secreto pontificio para con quienes tienen derecho”, explicó la licenciada Franck.
Por último, hizo hincapié en “el énfasis puesto en la acogida y acompañamiento a todos aquellos que denuncien o hayan sido víctimas de estos delitos”.
En cuanto a la relación entre la justicia canónica y la secular, aclaró: “Obviamente una sanción no va a ser la misma en el Estado Canónico que en el Estado argentino: son distintos ámbitos y esto está remarcado, ambas deben cumplirse porque el clérigo es tanto un fiel como un ciudadano”, advirtió.
“Estas disposiciones acercan a los fieles un rostro concreto ante el que pueden decir, hablar, denunciar, las situaciones en las que desean que la Iglesia intervenga de alguna manera. No es sólo una idea en la que la Iglesia viene insistiendo desde hace tiempo sino que también las Naciones Unidas recomiendan actuar en esta dirección”.
Finalmente, la licenciada Franck destacó el curso que están instrumentando desde el Consejo Pastoral, para aquellos que conformen comisiones o hayan sido elegidos para recibir estos informes, para que conozcan la legislación, sepan cuáles son sus obligaciones, cómo tomar estos informes, cómo y a quién presentarlos” y además “tener una escucha empática con quienes se acercan, muchos de ellos con dificultad, porque no es fácil; que la Iglesia pueda tener un rostro humano con ellos y que sepan que hay instancias, muchas veces profesionales, que pueden acompañarlas en este camino y que también somos parte de la Iglesia y nuestra misión es velar por los más vulnerables, los más pequeños, que son los preferidos del Señor”, aseguró.
En estos pasos y este proceso de aprendizaje de la Iglesia, recordó monseñor Buenanueva, “el foco es la prevención: crear ambientes sanos, generar una cultura del buen trato, volver a insistir en que el ministerio pastoral es un servicio y busca ayudar a crecer a las personas. De ahí nace el Consejo, por eso se llama Consejo Pastoral. Es la iIglesia que acompaña a las personas a vivir la fe, especialmente a los más vulnerables”.
“El año pasado la CEA ha aprobado los estatutos del Consejo. Después vimos que otra gran acción es la capacitación de las personas, que es un núcleo muy importante, y así han ido surgiendo las comisiones: ya hay en 12 de 14 arquidiócesis, lo cual es muy importante”.
“Queremos coordinar y ponernos en red con las instituciones de la ciudad y los organismos de gobierno. Este curso de capacitación nos parece muy importante, estamos en buen camino, pero acuérdense que acá no sólo son normas nuevas, no sólo son instancias de capacitación, es cambio de mentalidad y eso es muy difícil. El clericalismo es un mal a dos puntas: romper la estructura nos va a llevar mucho tiempo. En este tema de los abusos yo me he hecho la idea que cuanto siga durando mi tiempo de ministerio vamos a seguir trabajando en este tema y sembrar para que otros recojan los frutos”, sostuvo.
Consultada sobre la situación en Santa Fe, donde la Iglesia fue criticada con consignas como “no es lo mismo un pecado que un delito” por instrumentar el sistema de presentación de denuncias, la licenciada Franck consideró que “más allá de que cuando uno empieza este camino siempre algún error se comete, la intención es acercar a los fieles una instancia en que ellos sepan que si quieren, pueden hacer la denuncia”.
“Es una instancia voluntaria: todos aquellos que quieran que, desde la Iglesia, se tome una medida, se pueden acercar a una persona con nombre y apellido, que quizá no está dentro de la estructura de la Iglesia para contarle, hablar y que se haga algo. Es un derecho que tenemos todas las personas, e incluso hay un pedido expreso del Comité de los Derechos del Niño para que la Santa Sede haga exactamente esto, entonces cuestionarlo desde lo jurídico parece contradictorio”, advirtió. “Sin embargo hay que instrumentarlo de modo que no choque, de hecho hay mucha gente que lo está usando. Jurídicamente está bien lo que han hecho ambas arquidiócesis (Rosario y Santa Fe de la Vera Cruz) y humanamente está haciendo bien a muchas personas”.
Al respecto, monseñor Buenanueva consideró que en esta materia tan delicada “tenemos que escuchar todo, para clarificar, porque si hubiera alguna colisión entre lo que hacemos y el Estado, hay que solucionarlo”.+