Viernes 15 de noviembre de 2024

Cumple hoy cien años el educador Marcos Ronchino

  • 2 de febrero, 2021
  • Buenos Aires (AICA)
Cumple hoy cien años Marcos Ronchino, profesor de filosofía, un educador de meritoria trayectoria, que dirigió el Consejo de Educación Católica de la arquidiocesis de Buenos Aires
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Cumple hoy cien años Marcos Ronchino, profesor de filosofía, un educador de meritoria trayectoria, de acendrada fe cristiana y formación tomista, que dirigió el Consejo de Educación Católica de la arquidiócesis de Buenos Aires.

Fue director de la Superintendencia Nacional de Enseñanza Privada (SNEP) durante el gobierno de Arturo Illia, nombrado por el entonces ministro de Educación, Carlos Alconada Aramburú, en 1964.

Con sobrados antecedentes académicos y docentes, fue uno de los primeros profesores de la licenciatura en Ciencias de la Educación en la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires (UCA), al iniciarse esta carrera en 1978.

Cuando dirigía el Consejo de Educación Católica arquidiocesano, siendo arzobispo el cardenal Antonio Quarracino, en los años 90, Ronchino tenía trato habitual y amable con monseñor Jorge Bergoglio, que era obispo auxiliar y cuya oficina estaba próxima a la suya. A través de un sacerdote, el papa Francisco le hizo llegar su bendición por el centésimo cumpleaños y le comunicó que lo tendría presente en la misa que oficiaría hoy en la capilla de su alojamiento en Santa Marta, en el Vaticano.

Nacido en Italia, hermano de un obispo
Marcos Ronchino nació en Caruso, un pueblo de Piamonte, Italia, el 2 de febrero de 1921. A los dos años vino a la Argentina con sus padres, Antonio Ronchino y Rosa Scapini, que se establecieron en la ciudad de Rosario, donde tenían algunos parientes.

Allí nacería pocos años después, en 1928, su único hermano, Pedro, que se hizo religioso salesiano, se ordenó sacerdote en 1954 y fue nombrado obispo de Comodoro Rivadavia en 1993. Al renunciar por edad en 2005, monseñor Ronchino fue al colegio San José y la parroquia María Auxiliadora que los salesianos atienden en su ciudad natal y a partir de 2016, con su salud desgastada, pasó sus últimos años en la Enfermería Inspectorial de Casa Zatti, de la congregación salesiana, en Córdoba. Hasta su fallecimiento, el 1° de julio de 2020, ambos hermanos mantenían afectuosa y frecuente comunicación telefónica a la distancia.

Marcos Ronchino vivió su niñez y juventud en Rosario, donde su padre puso una carnicería. Tras cursar sus primeras letras en un asilo maternal con unas religiosas que le enseñaron el catecismo y con las que aprendió a leer, estudió en el colegio San José, de los hijos de San Juan Bosco.

En Rosario estudió en la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad Nacional del Litoral, que comenzó a funcionar en la sede del viejo Colegio Nacional N° 1. Pronto se inició en la docencia, vocación que caracterizaría su vida. Contrajo matrimonio con Margarita Montero en la parroquia del Inmaculado Corazón de María, en Rosario, ciudad donde nacieron cuatro de sus cinco hijos.

Santificación del trabajo
En esa ciudad, a mediados de los años 50, Marcos formaba parte del Consejo de los Hombres de la Acción Católica, siendo obispo el cardenal Antonio Caggiano. Allí conoció por otro de los miembros del consejo,  Aurelio García, la espiritualidad del Opus Dei, fundada en la filiación divina -el saberse hijos de Dios- y en la santificación del trabajo profesional y de las distintas circunstancias familiares y sociales de la vida corriente, que procuró encarnar en su propia vida. El sacerdote Ignacio Echeverría le explicó entonces la Obra: “buscar la santidad en medio del mundo en el trabajo profesional”, recuerda.

Pero ya antes en el colegio Nacional N°1, donde daba clases, había coincidido alguna que otra vez con el doctor Ismael Sánchez Bella, catedrático español de Historia del Derecho, miembro de esa Obra, que en 1950 había sido el primer director de una residencia universitaria abierta en Rosario y en 1952 partió hacia Pamplona, España, donde sería uno de los organizadores de la naciente Universidad de Navarra. Invitado por un colega, profesor de Historia en el Nacional N°1, Marcos asistió en septiembre de 1951 a una conferencia de Sánchez Bella, en la Facultad de Ciencias Económicas.

Pasados los años, el 24 de junio de 1974, el fundador del Opus Dei, San Josemaría Escrivá, recibió en la casa de retiros La Chacra, en Bella Vista, provincia de Buenos Aires, a Marcos y su familia, en un entrañable encuentro.

De Rosario a Buenos Aires
Volviendo para atrás unos años, teniendo ya una familia bien conformada, habiendo quedado sin trabajo en Rosario, Ronchino había acudido al hermano marista Septimio Walsh, de tan importante gestión en el Consejo Superior de Educación Católica (Consudec), quien le facilitó empleo en su instituto de formación profesional y lo vinculó con un colegio de la zona norte de la Capital. También fue profesor en Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional de La Plata, durante dos años.

Sería largo enumerar los trabajos que realizó, de los que no se preocupó de llevar detallada cuenta. Y aun llegando con plena lucidez, tranquilidad y buen ánimo a los cien años, desiste de poder precisar bien las fechas de cada cosa. “La memoria me falla”, dice, aunque en realidad no tanto.

Delegado al Congreso Pedagógico
Participó como delegado por la Capital en la asamblea nacional del Congreso Pedagógico Nacional reunida en Embalse en 1988.  Fue figura de consulta para muchos emprendimientos de enseñanza así como para autoridades del área educativa y disertó en congresos y encuentros de temas pedagógicos. Durante casi dos años asumió la dirección general del colegio Los Molinos, en Munro.

Participó en la redacción de la revista cultural mensual de temas actuales Cuadernos del Sur, que apareció en Buenos Aires en 1964, y en la que eran colaboradores, entre otros, el filólogo Angel Battistessa, el poeta José María Castiñeira de Dios, el analista político Carlos Floria, el jurista Tomás Casares y el músico Alberto Ginastera. La revista perduró hasta comienzos de la década del 70.

El sentido de la educación
Buen lector toda su vida –aunque ahora no puede leer sino letras grandes- y siempre estudioso y meditativo, es autor de numerosos estudios sobre temas educativos y filosóficos, entre ellos los libros “Los valores y el sentido de la educación”,  “La esperanza con el compromiso de obrar y pensar” y “Verdad y neopositivismos lógicos”.

Con muchos años a cuestas pero razonablemente buena salud, alegría de fondo, hondo agradecimiento a Dios y atención a los demás, Marcos Ronchino procura ser fiel al Señor, concurre –acompañado, obviamente, pero caminando por sí solo- al menos tres veces por semana a misa en la parroquia San Nicolás de Bari, en la avenida Santa Fe, a unas tres cuadras de su domicilio, provisto de barbijo y bastón. Y manifiesta su cariño por la Virgen María rezando más de un rosario cada día. Hoy a las 9.30 participó de la misa común en su parroquia, en actitud de acción de gracias.

Una amplia familia
Hace algo más de dos años, el 24 de octubre de 2018, falleció su querida compañera de toda la vida, su esposa, Margarita. Llegaron a celebrar los 65 años de un matrimonio feliz y unido. Hoy Marcos tiene cinco hijos, 17 nietos y siete bisnietos. El domingo último compartió en la casa de una nieta un almuerzo con varios integrantes de la familia que formó. Cantaron todos “Te alabamos, Señor” y él les dijo: “Rezo por cada uno de ustedes, para que sean buenos cristianos y lleven la doctrina de Cristo a todas partes”.

Y tuvo el gusto de conocer allí a un bisnieto, el primer hijo de su nieta María José Ronchino. No era recién nacido, ya tiene diez meses, pero no había podido conocerlo antes por el aislamiento debido al corona virus. Se llama Belisario y tiene casi el mismo tiempo de vida que otro bisnieto, Fermín, nacido también en 2020. Los dos bisnietos se conocieron entre ellos y jugaron.

“Estoy muy contento con todo. Agradezco al Señor lo que me ha dado”, comentó ayer. “Mañana cumplo los primeros cien años. Después el Señor dirá cuándo me lleva”.  (Jorge Rouillon)