Cuarto aniversario de fallecimiento de Carmen Hernández, coiniciadora del Camino Neocatecumenal
- 20 de julio, 2020
- Buenos Aires (AICA)
La parroquia Santa Amelia de la arquidiócesis de Buenos Aires celebró una misa por el eterno descanso de Carmen Hernández, coiniciadora del Camino Neocatecumenal junto con Kiko Argüello.
En la parroquia Santa Amelia, de la arquidiócesis de Buenos Aires, se celebró una Eucarística por el eterno descanso de Carmen Hernández, coiniciadora del Camino Neocatecumenal junto con Kiko Argüello, en el cuarto aniversario de su muerte.
La celebración fue presidida por el párroco de la comunidad, presbítero Juan Alberto Benavidez, y transmitida por el canal de YouTube. Participaron las comunidades neocatecumenales de Santa Amelia y de otras comunidades del país.
En su homilía, el párroco hizo una semblanza de Carmen Hernández, recordando su vocación despertada en los años de la adolescencia y su espíritu misionero y evangelizador marcado por un deseo de ir a la India. “Ese ardor apostólico Carmen lo vivió a lo largo de su vida y cuando con Kiko Argüello iniciaron el Camino Neocatecumenal lo pudo contagiar a las comunidades esparcidas por las diferentes diócesis del mundo”, dijo el sacerdote.
El padre Benavídez resaltó también que “Carmen vivió todo ese espíritu renovador que acompañó el tiempo de preparación y celebración del Concilio Vaticano II. Carmen estaba muy ligada al padre Farnés, uno de los grandes liturgistas de esa época y ayudó en la reforma litúrgica de la Iglesia, especialmente en volver a poner en relieve el misterio Pascual celebrado en la Eucaristía. El Camino Neocatecumenal hizo posible que la Vigilia Pascual sea en verdad la fiesta de las fiestas de la Liturgia Católica y cada eucaristía dominical celebrada en la noche del sábado es un eco de la noche de la Pascua”, recordó.
Por otro lado, “Carmen amaba profundamente a la Iglesia, pero no a la Iglesia formal, no a la Iglesia simplemente jerárquica, sino a la comunidad concreta que se hace visible en la familia doméstica, verdadera imagen de la única Iglesia”, manifestó y subrayó que en el tiempo de asilamiento “lo vivimos de manera particular: venimos celebrando en nuestras casas, en la mesa familiar, la liturgia de la Iglesia de Jesucristo”.
En las intenciones, se pidió “que pronto Carmen Hernández pueda ser honrada en los altares como un fruto de santidad para todo el mundo y toda la Iglesia y no sólo para las comunidades del Camino Neocatecumenal”. Por último en un momento de la celebración eucarística se entonó el canto “Están rotas mis ataduras”, cuyo poema fue escrito por el poeta de la India, Rabindranat Tagore y musicalizado por Kiko Argüello. +