Cruz del Eje: nuevo sacerdote de la Sociedad San Juan
- 16 de noviembre, 2023
- Villa Cura Brochero (Córdoba) (AICA)
El padre Rodrigo Llorente fue ordenado en el santuario del Santo Cura Brochero. Presidió la ceremonia el obispo diocesano, Mons. Araya, quien agradeció el trabajo pastoral de esa sociedad apostólica
El padre Rodrigo Llorente, miembro de la Sociedad San Juan (SSJ), recibió la ordenación sacerdotal el sábado 11 de noviembre en el santuario del Santo Cura Brochero, ubicado en la villa cordobesa del mismo nombre.
La celebración eucarística de ordenación fue presidida por el obispo de Cruz del Eje, monseñor Ricardo Araya.
En la homilía, monseñor Araya agradeció a la sociedad apostólica “el trabajo pastoral que realizan en la parroquia de Serrezuela y sus capilla,s en un lugar geográficamente lejano, pero cercano en el cariño de los sacerdotes de la diócesis de Cruz del Eje”.
Asimismo, el obispo agradeció a los misioneros por su aporte en la pastoral carcelaria, desarrollada en la cárcel de Cruz del Eje, segundo penal de la provincia. “Un espacio grande, con muchos dolores y sufrimiento”, expresó.
Monseñor Araya se centró en dos palabras para hablarles a los fieles presentes y al ordenando: permanecer y fructificar.
“Vas a ser consagrado sacerdote para gloria de Dios y servicio de su pueblo. Con espiritualidad diocesana, como miembro de la Sociedad de San Juan. Sociedad de vida activa, que asume el desafío de identificarse con Cristo en su vida activa. Permanecer en el amor, será vivir y trabajar para comunión, con la SSJ y todo el pueblo de Dios, para la misión, para dar frutos en la caridad, para que el mundo tenga vida”, subrayó.
Monseñor Ricardo hizo mención a la vida apostólica del Santo Cura Brochero, pidiendo su intercesión para el nuevo sacerdote
“Estamos en este santuario, junto a las reliquias del cura que admiramos y queremos; y confiamos en su intercesión. A Brochero se lo comprende bien cuando se capta de dónde tomaba vida, dónde se nutría, de dónde no se separaba nunca. Se lo comprende en serio, desde esa capacidad tan suya, tan fuerte, de permanecer. De permanecer hasta la enfermedad, hasta la soledad, hasta la muerte, recibiendo y dando vida”, concluyó.+