Cristianos y taoístas: hacia una sociedad armoniosa a través del diálogo interreligioso
- 14 de marzo, 2024
- Ciudad del Vaticano (AICA)
El Dicasterio para el Diálogo Interreligioso emitió un comunicado al término del Tercer Coloquio Cristiano-Taoísta, que se llevó a cabo del 11 al 13 de marzo en Hong Kong.
“Cultivar una sociedad armoniosa a través del diálogo interreligioso”, fue el lema del Tercer Coloquio Cristiano-Taoísta, llevado a cabo en la ciudad de Hong Kong, del 11 al 13 de marzo de 2024, y organizado por el Dicasterio para el Diálogo Interreligioso de la Santa Sede, la Asociación Taoísta de Hong Kong y la diócesis católica romana de Hong Kong.
“En nuestros tiempos, cuando las sociedades a menudo se ven empañadas por conflictos y divisiones, nuestra reunión tenía como objetivo transmitir un mensaje a nuestro mundo polarizado: que a través del diálogo respetuoso y constructivo podemos extinguir los fuegos del conflicto y la violencia y encender una vela de paz y armonía. Estamos más convencidos que nunca de la necesidad de seguir hablando, caminando y trabajando juntos”, expresó el Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, en un comunicado publicado al término del Encuentro.
En el texto, se expresa que, “con ese objetivo en mente”, los participantes al Coloquio acordaron lo siguiente:
1. Encuentro: Nuestro diálogo nos ayudó a encontrar el misterio sagrado de cada uno, a través de nuestro conocimiento sobre nuestros respectivos escritos religiosos, rituales, ética, santos y sabios. Nuestras dos religiones, a su manera, buscan calmar la inquietud del corazón humano. Por eso, ante el inexpresable misterio divino, necesitamos ser abiertos y humildes, ampliando nuestra mente y nuestro corazón.
2. Despertar: Nuestros respectivos patrimonios religiosos pueden resultar significativos si despertamos la energía espiritual en nuestros seguidores para cultivar una sociedad armoniosa. Para que eso suceda, debemos recuperar la compasión, la justicia, la sencillez, la solidaridad y la generosidad.
3. Cooperar: A través de actividades caritativas y educativas, podemos cooperar para construir puentes, derribar muros y sembrar semillas de amor, respeto y esperanza.
Por último tras agradecer a los organizadores y a la hospitalidad de los anfitriones, los participantes se comprometen a “fomentar una sociedad armoniosa, dondequiera que estemos”.
Card. Chow: la importancia del diálogo
Tal como explicaron a los medios vaticanos el obispo de Hong Kong, cardenal Stephen Chow, y monseñor Indunil Janakaratne Kodithuwakku Kankanamalage, secretario del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, el objetivo de la conferencia fue "demostrar cómo las religiones pueden unirse para convertirse en socias constructivas para la construcción de nuestra sociedad".
“La visión de la religión taoísta”, señaló el cardenal, “es fomentar un movimiento del mundo hacia la paz y la unidad, donde la humanidad y el Camino –diríamos el 'Logos'- estén conectados”.
La esperanza, añadió, es que el reconocimiento de este espíritu de servicio compartido ayude a “que el valor y el significado de la religión sean mejor apreciados en China”.
Asimismo, el obispo de Hong Kong destacó que el cristianismo y el taoísmo “comparten los valores de la misericordia, la sencillez y la no lucha por logros mundanos”, y destacó la importancia de la apertura hacia otras culturas y religiones, señalando que “nuestra Iglesia católica acepta que ellas también son bendecidas –aunque en diferentes grados– con la revelación divina, para la comprensión de la vida y el espíritu de vivir”. Como ejemplo de alguien que ejemplificó este enfoque, el cardenal Chow ofreció el modelo del padre Matteo Ricci, un misionero jesuita del siglo XVI, famoso por su conocimiento de la lengua y la cultura chinas.
Por su parte, monseñor Kodithuwakku, subrayó la importancia de los momentos de diálogo en el mundo conflictivo de hoy. “Como todos sabemos”, dijo, “vivimos en un momento muy difícil. Hay falta de esperanza, frustración. Por lo tanto, reuniones como ésta comunican un mensaje simbólico al mundo: que el diálogo es posible y que podemos sentarnos y discutir, trabajar y caminar juntos”.
El sacerdote de Sri Lanka subrayó también el valor espiritual de ese tipo de intercambio. “En este tipo de diálogo”, dijo, “entramos en el misterio de Dios. Escuchar al otro puede ayudarnos a comprender cómo Dios también se ha revelado a ellos. Encontramos el misterio sagrado del otro”.+