Córdoba: Mons. Álvarez y Mons. Musolino recibieron su ordenación episcopal
- 4 de noviembre, 2023
- Córdoba (AICA)
El Card. Ángel Rossi los animó a ser obispos con "espíritu sinodal", que caminen junto con la comunidad e incluyan a todos; y pastores que no tengan miedo de "ensuciarse con el barro del alma humana".
Monseñor Horacio José Álvarez y monseñor Alejandro Musolino SDB recibieron su ordenación episcopal el viernes 3 de noviembre, en la parroquia María Auxiliadora de la capital cordobesa, en el marco de un rito que tuvo al cardenal Ángel Sixto Rossi SJ, arzobispo de Córdoba, como consagrante principal, y del que participaron una veintena de obispos.
Los coconsagrantes de los nuevos obispos auxiliares de Córdoba fueron: monseñor Carlos José Ñáñez, arzobispo emérito de la arquidiócesis; monseñor José María Arancibia, arzobispo emérito de Mendoza; monseñor Esteban María Laxague SDB, obispo de Viedma; y monseñor Juan Carlos Romanín SDB, obispo emérito de Río Gallegos.
Estuvieron presentes el intendente electo de Córdoba, Daniel Passerini; el presidente del Superior Tribunal de Justicia, Domingo Sesin; otras autoridades provinciales, militares y religiosas, y referentes del Comité Interreligioso para la Paz (Comipaz).
Monseñor Álvarez, obispo titular de Cubda, eligió como lema de ordenación: “Que Él crezca”; mientras que monseñor Musolino, obispo titular de Ruspe, optó por “Para que tengan Vida”.
En la homilía, el cardenal Rossi destacó que los dos nuevos obispos ·mamaron su fe en familia" y les agradeció por su "sí", del que dijo ser “testigo privilegiado; testigo de una disponibilidad a la Iglesia y a la arquidiócesis que me ha edificado; que me ha hecho y nos ha hecho mucho bien”.
"Porque para los dos, además de inesperado, ese 'sí' ha tenido sabor a despojo; les ha implicado un desgarro, un renunciar al pastoreo de un rebaño en el que han metido el corazón a fondo”, explicó.
El purpurado cordobés animó a sus flamantes colaboradores a que sean “obispos en espíritu sinodal; que significa caminar juntos, 'caminar con'. Que caminen junto al Señor en la intimidad de la oración, donde hablen con Él como habla un amigo con otro amigo; y, por otro lado, por ser la oración de ustedes de pastor, que esa oración esté poblada de rostros”.
Asimismo, los alentó a caminar junto a los curas, los diáconos, las religiosas y religiosos, las consagradas y consagradas, los catequistas y todos los agentes pastorales con quienes compartimos la bella y ardua tarea de evangelizar; de allanar los caminos; de facilitar ese encuentro con el Señor que nos espera junto al pozo, como lo vivimos en este año misionero; para misericordiarlo o para decirnos: 'Dame de beber', y para despedirnos para llevar aguas a tierras lejanas y sedientas del Evangelio”.
El cardenal Rossi también los animó a caminar “junto a nuestra gente, ese pueblo fiel de Dios que sostiene nuestras parroquias, nuestras obras. Pueblo fiel de Dios que nos quiere, que nos reza, que nos sana, que nos perdona, que nos espera y nos necesita, como nosotros los necesitamos a ellos”.
“También caminen con aquellos que no son o no se sienten ovejas de nuestro rebaño, para que su cercanía sea para ellos un testimonio de humanidad y puedan sentir aquello en lo que el Papa insiste: en la Iglesia hay sitio para todos, para todos, para todos”, sostuvo.
“Sean pastores que no tengan miedo de ensuciarse con el barro del alma humana, que no se escandalizan por el pecado de los demás; porque conoce su propia miseria”, precisó.
El arzobispo reconoció que “les toca caminar junto a un pueblo malherido, maltratado; y que, a pesar de todo, nos dan un testimonio heroico de no bajar los brazos; de volver a empezar una vez más; de cuidar a los más débiles, sobre todo a nuestros viejitos, a nuestros enfermos, a los niños”.+