Concordia comenzó a preparar su 60° aniversario diocesano

Al celebrar su Asamblea Diocesana de Pastoral anual, la diócesis de Concordia comenzó los preparativos para celebrar en 2021 el 60° aniversario de su fundación.

La diócesis de Concordia realizó el sábado 7 de noviembre su Asamblea Diocesana de Pastoral, de la que participaron sacerdotes, diáconos, consagrados y laicos, equipos zonales, miembros de consejos pastorales parroquiales, agentes de pastoral, catequistas, coordinadores de áreas pastorales, instituciones, movimientos y escuelas, junto al obispo diocesano, monseñor Luis Armando Collazuol.

A través de una plataforma digital, el encuentro se adaptó a las circunstancias actuales, y fue animando en la ilusión del encuentro, de orar, reflexionar y discernir juntos. Los participantes compartieron en grupos y plenarios por dónde el Señor los llamó a servir en sus comunidades en este año y qué posibilidades se abrieron.

Asimismo, se recordó a la comunidad que en abril del año próximo la diócesis de Concordia celebrará los 60 años de su creación. Toda la vida diocesana y los caminos de su acción pastoral se han recorrido con la mirada confiada a la Madre y Patrona, María Inmaculada de la Concordia. Los participantes reflexionaron acerca de cómo vivir este aniversario y los grupos realizaron diversas propuestas para animar la misión y la solidaridad con creatividad y esperanza.

En su mensaje el obispo animó a la comunidad a confiarse al Espíritu Santo para vivir este período, por eso lo tituló “Pentecostés, comunidad llevada por el espíritu”, y habló sobre la misión de la Iglesia que sucede a través de la palabra, la predicación y el testimonio, el bautismo, la evangelización y el gobierno de la Iglesia.

“El ardor evangelizador no es un entusiasmo humano, es un don del Espíritu, gratuito e inmerecido como lo fue el primer Pentecostés, pero que debemos pedir  con nuestra oración constante, y al que debemos disponernos con todo nuestro  ser”, indicó monseñor Collazuol, al tiempo que exhortó a la diócesis a prepararse para el próximo aniversario.

“Pedimos a Dios la gracia de dejarnos guiar en nuestro camino pastoral por el Espíritu Santo como María desde la Anunciación hasta Pentecostés. Abrimos nuestros corazones y nuestras comunidades al soplo vivificador del Espíritu Santo para que pueda germinar un nuevo Pentecostés. Con la santidad, la luz y la fortaleza que el Espíritu nos infunde seremos misioneros para anunciar a todos: ¡la Vida es Cristo!”, concluyó.+  

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