Mons. Ñáñez: "Estamos ante el comprometedor horizonte de la pastoral ordinaria"
- 19 de agosto, 2020
- Córdoba (AICA)
El arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, presentó una carta pastoral titulada "Estamos ante el comprometedor horizonte de la pastoral ordinaria".
Con el título “Estamos ante el comprometedor horizonte de la pastoral ordinaria”, el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, presentó una carta pastoral que se suma a la publicada en el marco del jubileo por la creación de la arquidiócesis.
En esta oportunidad, el prelado brinda algunas sugerencias e inquietudes “que se desprenden de las circunstancias históricas y eclesiales que nos han tocado y nos tocan vivir, con el fin de orientar el posible desarrollo de nuestra vida eclesial y la futura organización de las estructuras de servicio en nuestra arquidiócesis ”, detalla.
Tal como lo hizo en su anterior publicación, y en el marco del 450 ° aniversario de la creación de la Iglesia local, monseñor Ñáñez destacó la importancia de recordar con gratitud el pasado, vivir con pasión el presente y abrirse con confianza al futuro.
Ante la pandemia del coronavirus, el arzobispo consideró que el Sínodo realizado en la arquidiócesis fue “importante y providencial”, porque “las orientaciones y lineamientos, y las propuestas, fueron poniendo de relieve progresivamente su potencial fecundidad para la labor evangelizadora en el momento actual ”.
En ese sentido, destacó también la importancia de los discernimientos y elecciones que se realizaron, en un clima “de auténtica sinodalidad”, y de un testimonio y un modo de vivir evangélico “que invite, que motive y que anime a abrazarlo”.
“El anuncio del Evangelio es ciertamente para todos, pero está dirigido con especial dedicación a los que padecen distintos tipos de carencias, soledades, sufrimientos o enfermedades”, señaló.
En cuanto a vivir con pasión el presente, monseñor Ñáñez se refirió en su carta al momento misionero y sus motivaciones. En los comienzos de este momento, planteó: “¿por qué emprender y llevar adelante esta tarea, el comprometedor desafío de este momento? Simplemente, por seguir a Jesús, por cumplir su mandato: ‘Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos’; por la alegría de compartir ese precioso tesoro que es el Evangelio, que humaniza y que lleva a plenitud toda existencia humana; también, porque no podemos ni debemos callar lo que hemos visto y oído”, afirmó.
“Y sobre todo porque estamos convencidos de que al recorrer ese camino, junto a muchos hermanos en la fe, tendemos decididamente con ellos a la meta a la cual el Señor nos llama: a la santidad”, añadió.
“El XI Sínodo nos invitó a ser de veras esos “odres nuevos”, es decir, a tener corazones renovados, flexibles, abiertos a los nuevos desafíos del momento actual. Estar dispuestos a afrontar los cambios y las transformaciones que sean menester para que el testimonio y el anuncio del Evangelio lleguen con nitidez a todos”, exhortó el pastor de Córdoba.
Por último, sobre “abrirse con confianza al futuro”, el arzobispo planteó la adecuación de las estructuras de servicio y de las tareas pastorales en la arquidiócesis. En ese marco, llamó a pensar en el número de parroquias, los modos de asistencia y atención que brindarán, su ubicación, sus límites. Por otra parte, la posibilidad de constituir “unidades pastorales”, la constitución de consejos pastorales y de asuntos económicos, las comisiones zonales, las estructuras diocesanas al servicio de las parroquias.
En el marco de esta situación de pandemia, llamó también a aprovechar la creatividad que se puso de relieve en este tiempo, para superar esquemas demasiado clericales, profundizando especialmente en la formación inicial y permanente de los ministros ordenados, sacerdotes y diáconos permanentes.
Finalmente, destacó la importancia de crecer en la animación de la participación e integración de la vida consagrada en el camino diocesano; dar lugar a los laicos, buscando incorporar a los jóvenes que son “el hoy de la Iglesia” y que pueden aportar mucho en temas como la comunicación y las redes sociales; así como de hacer hincapié en la capacitación, la formación y la atención de agentes pastorales, catequistas, ministros de la caridad y ministros extraordinarios de la Comunión. Por otra parte, exhortó al trabajo conjunto entre los movimientos de la arquidiócesis.
“El desafío de llegar a ser verdaderamente“ odres nuevos ”demandará a todos un esfuerzo sostenido. Las transformaciones en las estructuras de servicio y en los modos de trabajar no se logran instantáneamente. Es necesario ejercitarse en una serena paciencia y en una constancia inquebrantable ”, aseguró.+