Card. Rossi: 'El pesebre como manantial de consuelo en tiempos difíciles'
- 27 de diciembre, 2023
- Córdoba (AICA)
En su oración navideña, el arzobispo de Córdoba invitó a ponerle palabras a la venida de Jesús al corazón de cada uno, respondiendo a la pregunta: "¿A qué viene Jesús a mi vida?"
El arzobispo de Córdoba, cardenal Ángel Rossi SJ, realizó una serie de momentos de reflexión y oración por la Navidad en la catedral Nuestra Señora de la Asunción.
Una de las reflexiones llevó por título: “El pesebre como manantial de consuelo en tiempos difíciles”.
En esa oportunidad, el cardenal Rossi invitó a ponerle palabras a esa venida de Jesús al corazón de cada uno, respondiendo a la pregunta: "¿A qué viene Jesús a mi vida?"
"Navidad es una fiesta donde uno pide la gracia de la bondad. Se dice que hay dos formas de bondad", planteó, y enumeró: "Una es la de la inocencia, la de los niños, la de los enfermos; y la otra es la bondad de los pecadores rescatados".
"Esa gracia debemos pedir nosotros, los grandes. Una bondad que ha sido purificada; una bondad que ha pasado por la cruz", puntualizó.
El purpurado cordobés concluyó recitando la oración a la “Señora de la Nochebuena”, del beato Eduardo Pironio:
Señora de la Nochebuena,
Señora del Silencio y de la Espera;
esta noche nos darás otra vez al Niño.
Velaremos contigo hasta que nazca:
en la pobreza plena,
en la oración profunda,
en el deseo ardiente.
Cuando los ángeles canten
«Gloria a Dios en lo más alto de los cielos
y paz sobre la tierra
a los hombres amados por él»,
se habrá prendido
una luz nueva en nuestras almas,
habrá prendido una paz inmutable
en nuestros corazones,
y se habrá pintado
una alegría contagiosa en nuestros rostros.
Y nos volveremos a casa en silencio:
iluminando las tinieblas de la noche,
pacificando la nerviosidad de los hombres
y alegrando las tristezas de las cosas.
Después en casa,
celebraremos la Fiesta de la Familia.
Alrededor de la mesa, sencilla y cordial,
nos sentaremos los chicos y los grandes:
rezaremos para agradecer,
conversaremos para recordar,
cantaremos para comunicar,
comeremos el pan y las almendras que nos unen.
Afuera, el mundo seguirá tal como lo mismo.
Tinieblas que apenas quiebran
la palidez de las estrellas.
Angustias que apenas cubren
el silencio vacío de la noche.
Tristezas que apenas disimulan
la lejana melodía de las serenatas.
En algún pueblo no habrá Nochebuena
porque están en guerra.
En algún hogar no habrá Nochebuena
porque están divididos.
En algún corazón no habrá Nochebuena
porque está en pecado.
Señora de la Nochebuena,
Madre de la Luz, Reina de la Paz,
Causa de nuestra alegría,
que en mi corazón nazca
esta noche otra vez Jesús.
Pero para todos:
para mi casa,
para mi pueblo,
para mi patria,
para el mundo entero.
Y sobre todo,
fundamentalmente
que nazca otra vez Jesús
para gloria del Padre. Amén.
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