Card. Poli: "Pareciera que en esta noche acontece toda la Sagrada Escritura"
- 18 de abril, 2022
- Buenos Aires (AICA)
El arzobispo celebró la Vigilia Pascual en la catedral, donde invitó a alegrarse por la resurrección y exaltó la "noche dichosa en que la misericordia divina se inclina ante la miseria humana".
El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, presidió el sábado 16 de abril por la noche la vigilia pascual en la catedral metropolitana, concelebrada por el rector del templo, presbítero Alejandro Russo, y otros cuatro sacerdotes, ayudados por varios seminaristas que los días anteriores habían colaborado en la atención a los fieles en la iglesia matriz durante el triduo pascual.
En un lugar destacado en el presbiterio, asistió al oficio el arzobispo de Buenos Aires y metropolita de toda Sudamérica de la Iglesia Ortodoxa Griega, Iosif Bosch, a quien el cardenal agradeció su presencia antes de dar la bendición final, llamándolo “hermano obispo”.
La ceremonia se inició en el atrio de la catedral, con la bendición del fuego nuevo y el templo a oscuras, que luego fue iluminándose al irse encendiendo las velitas portadas por los fieles, que llenaban los bancos de la nave central y de las naves laterales. El cirio pascual encendido fue llevado en procesión hasta el altar. Un momento después, el templo se iluminó espléndidamente con todas sus luces prendidas. Delante del altar, que el arzobispo incensó, difuminándose el humo del incienso por todo el presbiterio, había ramos de flores blancas y amarillas.
Las lecturas del Antiguo Testamento fueron realizadas por laicos, en su mayoría mujeres, todas con vestidos negros. Luego, en el Evangelio de San Lucas (24, 1-12), leído por un diácono, se dice que María Magdalena, Juana, María (la madre de Santiago) y las demás mujeres que estaban con ellas al regresar del sepulcro anunciaron la resurrección a los once Apóstoles, que no les creían.
En los intervalos de las lecturas de los libros del Génesis, del Éxodo y de los profetas Isaías, Baruc y Ezequiel, desde el ambón cantó los salmos responsoriales el barítono Norberto Crespi, de traje y corbata oscuros, acompañado por el coro de la Catedral, dirigido por Felipe Delsan, y el organista Enrique Rimoldi.
En la homilía, el cardenal Poli se dirigió a los presentes llamándolos “hermanos muy queridos en Cristo Jesús” y al señalar que “nos alegramos porque Jesucristo ha resucitado”, exaltó la “noche dichosa en que la misericordia divina se inclina ante la miseria humana”.
Además, el arzobispo señaló que escuchar las lecturas proclamadas "nos hace percibir que toda la Sagrada Escritura ha acontecido en esta santa noche. Todo dice de Jesús, todo habla de su resurrección. Es el acontecimiento solo por Dios conocido desde la eternidad, pero que sucedió en el tiempo de los hombres para nuestra salvación".
Luego, explicó que "entre otros signos de esta solemnidad realizaremos la bendición del agua bautismal. Así descenderá el poder del Espíritu Santo, para que, por el bautismo, sepultados con Cristo en su muerte, resucitemos con Él a la vida".
Después procedió a bendecir el agua y exhortó a los presentes a renovar, teniendo las velas encendidas, las promesas que realizaron sus padrinos cuando fueron bautizados. “Sí, renunciamos”, contestaron al preguntárseles si renunciaban a Satanás, a sus obras y seducciones, al pecado. Luego contestaron “Sí, creemos”, al preguntárseles si creían en Dios Padre Todopoderoso; en Jesucristo, su Hijo único y Señor nuestro, que nació de la Virgen María, que padeció y murió por nosotros, resucitó y está sentado a la derecha del Padre; y en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de los muertos y la vida eterna.
El cardenal Poli fue hasta el final del templo rociando con agua bendita a los fieles, y lo mismo hizo un diácono a su lado. Luego vino la liturgia eucarística y el purpurado dio también la comunión a los fieles, lo que también hicieron otros sacerdotes.
Cuando se rezó la oración de los fieles, el arzobispo porteño agregó que se pidiera por el papa Francisco y por sus intenciones particulares. Al terminar la celebración se rezó a la Virgen el Regina Coeli, oración que sustituye al rezo del Ángelus durante el tiempo de Pascua.
Al final el presbítero Russo avisó que el próximo miércoles se cumple un nuevo aniversario de la ordenación episcopal del cardenal Poli (fue ordenado el 20 de abril de 2002 por el cardenal Jorge Mario Bergoglio en esa catedral) y además un nuevo aniversario de su asunción como arzobispo de Buenos Aires, en 2013. “No estaba previsto”, dijo, sonriendo ante ese anuncio, el cardenal Poli. Luego expresó que saludaba de corazón a todos, “que puedan regresar bien a su casas y que encuentren la casa como la dejaron”.
En un costado del crucero había algunos miembros de la archicofradía del Santísimo Sacramento, probablemente la institución de católicos laicos más antigua, ya que existe desde 1623. Estaban el hermano mayor, José Manuel Rodríguez Blanco, y el secretario, Horacio Savoia.
La ceremonia se extendió durante dos horas y veinte minutos, y concluyó a las 22.50.+ (Jorge Rouillon)