Card. Parolin: Trabajar juntos para consolidar la alianza entre el ser humano y el medioambiente
- 30 de octubre, 2021
- Ciudad del Vaticano (AICA)
En vísperas de la COP26 el Secretario de Estado Vaticano afirmó que "tenemos los medios y los recursos para un cambio de rumbo".
“El deseo de la Santa Sede es que la COP26 pueda realmente reafirmar la centralidad del multilateralismo y de la acción, incluso a través de los así llamados actores no estatales”, señaló el cardenal Pietro Parolin, que encabeza la delegación vaticana que participará de la Conferencia de Glasgow, Escocia, que se inicia mañana con la participación de más de 30.000 delegados de todo el mundo.
El Secretario de Estado Vaticano manifestó a los medios de comunicación vaticana que “vista la lentitud del progreso, la importancia de la Conferencia de Glasgow es significativa, en cuanto que a través de ella se podrá medir y estimular la voluntad colectiva y el nivel de ambición de cada Estado”.
Por otra parte, el cardenal Parolín destacó que la COP26 es la primera Conferencia de la Convención Marco de la ONU sobre el cambio climático que se desarrolla después de la difusión del Covid-19, y además es la Conferencia que debe establecer las modalidades concretas para lograr los compromisos previstos por el Acuerdo de París de 2015.
“Como es sabido -señaló-, el itinerario para una instrumentación eficaz, todavía bajo la sombra de la pandemia, es bastante complejo e incierto”.
Y acotó: “Es verdad que se comenzó un proceso de transición hacia un modelo de desarrollo libre de tecnologías y comportamientos que inciden en las emisiones de gases de efecto invernadero; la cuestión principal es cuán rápido será dicho proceso y si será capaz de respetar los tiempos planteados por la ciencia”.
“Se trata, por tanto, de un reto para la civilización en favor del bien común y de un cambio de perspectiva que debe poner la dignidad humana en el centro de cada acción”, dijo el cardenal Parolin a VaticanNews.
“Fenómenos globales y transversales como la pandemia y el cambio climático -afirmó- ponen cada vez más de relieve ese cambio de rumbo pedido por el papa Francisco, que se basa en ser conscientes de que debemos trabajar todos juntos para consolidar la alianza entre el ser humano y el medioambiente, con una particular atención a las poblaciones más vulnerables”.
Al respecto subrayó que “resulta evidente que la degradación ambiental y la degradación social están fuertemente interrelacionadas. Este también es uno de los conceptos clave de la ecología integral: paz, justicia y conservación de la creación son tres temas absolutamente ligados, que no podrán apartarse para ser tratados individualmente so pena de caer nuevamente en el reduccionismo”.
“Por este motivo, es importante que de la COP26 surja una clara respuesta colectiva, no sólo para favorecer las actividades de mitigación y de adaptación al cambio climático por parte de los países, sino también para ayudar a los más vulnerables a afrontar los daños y las pérdidas que derivan de dicho fenómeno, que lamentablemente ya son una realidad en numerosos contextos”.
Es un reto, dijo, que se pone ante la necesidad de contrastar esa “cultura del descarte” que prevalece en nuestra sociedad y que se nutre de lo que se denomina “las semillas de conflicto: avidez, indiferencia, ignorancia, miedo, injusticia, inseguridad y violencia”.
El itinerario -dirigido tanto a conseguir los objetivos de la ecosostenibilidad como a luchar contra la degradación socioambiental- debe surgir de esta conciencia de pasar de una “cultura del descarte” a una “cultura del cuidado”. Sólo de este modo podrá ser realmente eficaz lo que se escribió en el Acuerdo de París.
Este cambio de dirección -concluyó el cardenal Parolin- se debe hacer involucrando a todos; ninguno puede quedarse atrás ni menos aún puede evitar involucrarse con conciencia ante este gran reto.+