Viernes 15 de noviembre de 2024

Informe MacCarrick: Aún hay mucho por hacer, afirma Card. O'Malley

  • 11 de noviembre, 2020
  • Boston (Estados Unidos) (AICA)
Los sobrevivientes de abusos cometidos por eclesiásticos y de otro tipo, merecen nuestro cuidado, apoyo y honestidad.
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El cardenal Sean Patrick O’Malley, arzobispo de Boston, y presidente de la Comisión Pontificia para la Protección de los menores, realizó una declaración en el sitio web de su diócesis sobre el "Informe sobre el conocimiento institucional y el proceso de toma de decisiones de la Santa Sede en relación con el excardenal Theodore Edgar McCarrick".

El "Informe sobre el conocimiento institucional y el proceso de toma de decisiones de la Santa Sede en relación con el excardenal Theodore Edgar McCarrick" – afirma el purpurado - es un relato doloroso y vergonzoso de cómo alguien en la posición de McCarrick ascendió al papel de obispo y cardenal y causando daño a tantos. De palabra y obra, el papa Francisco ha cumplido con su compromiso de una investigación completa, transparente y exhaustiva.

Theodore McCarrick – continúa - traicionó su sagrado compromiso de ser un santo sacerdote. También, como obispo y cardenal, eligió el secreto cuando se requería transparencia y responsabilidad. 

Su destitución del sacerdocio a principios de 2019 después de ser declarado culpable de abuso sexual de un menor fue una sanción necesaria en ese momento. 

Sin embargo, la publicación del informe del Vaticano hoy revela la profundidad de la sospecha y el clericalismo que le permitió ascender al nivel de obispo y cardenal frente a esas acusaciones, expresa el cardenal según informó hoy VaticanNews.

Compromiso de la Iglesia para con todas las víctimas 
El cardenal O’Malley, miembro también del Consejo de Cardenales que asesora al papa Francisco, subraya, a continuación, que “las víctimas de McCarrick que se presentaron en esta investigación deben ser reconocidas por su valor”. Y afirma:

Les ofrecemos a ellas y a todas las víctimas de abusos del clero nuestro compromiso de asumir la responsabilidad de nuestros fracasos y nuestra continua determinación de responsabilidad, rendición de cuentas y transparencia. Ya no basta con que la Iglesia simplemente pida perdón, prometa transparencia y se disculpe. 

Todos los sobrevivientes, que tuvieron el valor de presentarse, obligando a la Iglesia a enfrentarse a los crímenes cometidos por el clero, el personal religioso y de otro tipo, merecen nuestro cuidado, apoyo y honestidad. Tenemos la obligación, por todos los medios posibles, de responsabilizar a los responsables de esas reprobables violaciones de la dignidad humana y asegurarnos de que se haga todo lo posible para garantizar la seguridad de nuestro pueblo.

Reconociendo los progresos significativos que ha hecho la Iglesia en respuesta a la crisis de abusos por parte del clero en las últimas dos décadas, el presidente de la Comisión Pontificia para la Protección de los menores asevera: “Mientras el trabajo continúa, debemos estar vigilantes en todo momento y hay mucho más por hacer”.

Todas las diócesis del mundo llamadas a colaborar
“En los últimos años, el papa Francisco abordó los problemas mundiales relacionados con el abuso”, prosigue la declaración. 

En febrero de 2019, fue el anfitrión del Encuentro en el Vaticano sobre la Protección de Menores en la Iglesia, y la posterior publicación de Vos Estis Lux Mundi estableció medidas sustantivas para responder a la crisis de abuso sexual del clero en la Iglesia.

Todas las diócesis del mundo están llamadas a desarrollar y llevar a cabo un sistema público, accesible y confiable para reportar crímenes de abuso sexual del clero y cualquier encubrimiento de abuso. En los Estados Unidos, estos sistemas de denuncia están proporcionando un medio para que cualquier persona pueda denunciar las acusaciones de abuso contra un obispo o cardenal.

Examinaremos cuidadosamente – finaliza el purpurado franciscano - las conclusiones de este informe en los próximos días, en el entendimiento de que reconstruir la confianza y ganarse la confianza de la gente de la Iglesia y de las comunidades a las que servimos será un proceso continuo. Rezamos para que, con la ayuda de Dios y de los demás, no faltemos a nuestra obligación. +