Card. Baldisseri: La exhortación Cristo Vive, carta magna de la pastoral juvenil y vocacional
- 2 de abril, 2019
- Ciudad del Vaticano
En la mañana de hoy, martes 2 de abril, en la Sala Juan Pablo II de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, -cuando se cumplen 14 años de la muerte de san Juan Pablo II, el Papa que escribió la primera Carta a los jóvenes del mundo en 1985-, tuvo lugar la presentación de la exhortación apostólica postsinodal del Santo Padre Francisco dedicada a los jóvenes Christus vivit, Cristo Vive, fruto de la XV Asamblea General del Sínodo de los Obispos "Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional" celebrada en Roma del 3 al 28 de octubre de 2018.
Intervinieron durante la presentación el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos, monseñor Fabio Fabene, subsecretario de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos, el doctor Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, la señora Laphidil Oppong Twumasi, responsable del Grupo de Jóvenes de la Comunidad de Ghana en la diócesis italiana de Vicenza y el profesor Alessio Piroddi Lorrai, docente de secundaria de segundo nivel de la diócesis de Roma.
El cardenal Lorenzo Baldisseri definió la exhortación apostólica un "hito" en el camino del sínodo y explicó que "el documento que se publica hoy constituirá para el futuro próximo la carta magna de la pastoral juvenil y vocacional en las diversas comunidades eclesiales, todas marcadas, -aunque de diferentes maneras según las diferentes latitudes- por una profunda transformación de la condición juvenil".
"Un primer aspecto de la exhortación apostólica ?subrayó- es su título: Christus vivit. Todos sabemos que las palabras iniciales, el íncipit, de un documento eclesiástico generalmente ofrece una clave hermenéutica general para el texto. El mensaje fundamental que el Santo Padre quiere transmitir a los jóvenes y, con ellos a todos nosotros, es que Jesucristo no pertenece solo al pasado, sino también al presente y al futuro, porque Él es la Vida eterna. Cada generación de creyentes descubre en Cristo un contemporáneo y un compañero de viaje".
"Un segundo aspecto ?prosiguió- es su caracterización mariana, bien evidenciada por la elección simbólica del Santo Padre para firmar el documento en Loreto, en la casa de María, el pasado 25 de marzo, la solemnidad de la Anunciación del Señor".
"Un tercer aspecto que me gustaría resaltar es el estilo del documento y sus destinatarios. Es una exhortación apostólica postsinodal que asume explícitamente la forma de una "carta". Una carta dirigida ante todo a los jóvenes: por esta razón, en muchas ocasiones el Papa se dirige directamente a ellos, tuteando a cada uno. Es el mismo estilo que caracteriza al Santo Padre en sus encuentros con los jóvenes: un estilo hecho de proximidad, franqueza, sencillez, ternura y simpatía.
"En cualquier caso ?terminó- esta carta se dirige "al mismo tiempo a todo el Pueblo de Dios, a sus pastores y a sus fieles, porque la reflexión sobre los jóvenes y para los jóvenes nos convoca y estimula a todos". Luego, a todos los jóvenes, pero no a solo los jóvenes. Por este motivo, son numerosos los párrafos en los que el Papa propone "planteamientos más generales para el discernimiento eclesial", consciente de que la cuestión ?jóvenes? nos concierne a todos y que los adultos están llamados, al mismo tiempo, a dar y a recibir de los jóvenes.
"Dios te ama"
A continuación, monseñor Fabio Fabene destacó algunos contenidos de la exhortación apostólica postsinodal, recordando en primer lugar que era "significativo que la publicación de este documento tenga lugar en el aniversario de la muerte de san Juan Pablo II, el Papa que escribió la primera Carta a los jóvenes del mundo en 1985, con motivo del Año Internacional de la Juventud.
Monseñor Fabene hizo hincapié en la "fuerte caracterización cristológica y en la nota distintiva de amor" que resuena en toda la exhortación. "A cada joven el Santo Padre recuerda: "Dios te ama". Todo el documento está inspirado en la confianza que el Papa pone en los jóvenes y en la invitación reiterada que les dirige a que fijen la esperanza en Cristo para que nadie se la robe".
"Entre las diversas contribuciones, diseminadas en el texto que los jóvenes pueden ofrecer, -concluyó- me gustaría destacar una más: la comunicación a otros jóvenes de la belleza de la experiencia personal del encuentro con Cristo. Enamorados de él y deseosos de testimoniar el Evangelio con sus vidas, están invitados a dar a conocer a Jesús Salvador a todos, incluso a aquellos que parecen estar más alejados e indiferentes, hasta las periferias existenciales extremas".
La señora Laphidil Oppong Twumasi, Responsable del Grupo de Jóvenes de la Comunidad de Ghana en la diócesis italiana de Vicenza, que colaboró en la redacción del documento presinodal, del que la exhortación recogió párrafos enteros, manifestó su complacencia porque Christus vivit no es "solamente un manual de doctrina y de enseñanzas, sino más bien una guía y un conjunto de sugerencias, algo a lo que referirse cuando nos sentimos un poco perdidos".
"Hay una necesidad mutua y debe haber una relación cercana entre la Iglesia "adulta" y la Iglesia "joven", porque nosotros los jóvenes tenemos fuerza, entusiasmo, carisma, pero necesitamos la experiencia y el conocimiento de los adultos que nos muestren el camino y nos ayuden a canalizar nuestros dones. Tienen que caminar a nuestro lado para ayudarnos a realizar nuestras ideas y nuestros sueños".
No están solos
Por su parte el profesor Alessio Piroddi Lorrai abordó el texto desde el punto de vista de su profesión de maestro, catequista y educador, observando que en el corazón de todos hay la misma lucha que entre el joven rico del Evangelio y el apóstol Pedro y que para la Iglesia y para cualquier persona que se ocupe de educación se convierte en "la lucha contra una cultura que nos quiere huérfanos, por lo tanto, sin raíces y, en definitiva, solos".
"¿Cómo responder a este reto?", se preguntó, agregando que para hacerlo tomaba "una de las indicaciones del Santo Padre, entre las muchas presentes en el texto: "hacer casa". Las parroquias y las escuelas deben saber cómo ofrecer un lugar donde cada uno pueda sentirse como en casa, amado de forma gratuita y al mismo tiempo acompañado, guiado, incluso corregido, pero con el deseo de que cada uno llegue a dar su mejor fruto gracias a esta "casa". El Papa Francisco escribe que la Iglesia es joven no cuando persigue la última moda, sino cuando regresa a la fuente de su origen, a Aquel que hace nuevas todas las cosas.
Reconectando lo real y lo virtual
Por último, el prefecto del Dicasterio para la Comunicación, doctor Paolo Ruffini centró su intervención en algunos puntos de la Exhortación que conciernen la comunicación en sentido amplio.
El prefecto destacó que la exhortación usa palabras muy claras asumiendo el punto de vista, la mirada amplia de los jóvenes, quienes por un lado no quieren ver una Iglesia silenciosa y tímida, pero tampoco siempre en guerra por dos o tres temas que la obsesionan y por el otro piden a su vez, que se les mire, se les comprenda, en su compleja totalidad. Que está hecha de sueños, de ideales, de dramas, de sufrimiento".
Sobre "el ambiente digital que caracteriza la comunicación contemporánea" que es "un contexto de participación sociopolítica y de ciudadanía activa, un lugar irrenunciable para llegar a los jóvenes e implicarlos incluso en iniciativas y actividades pastorales", pero es también "un territorio de soledad, manipulación, explotación y violencia, hasta llegar al caso extremo del "dark web" la proliferación de las "fake news" es expresión de una cultura que ha perdido el sentido de la verdad y somete los hechos a intereses particulares.
"A todo esto, el Papa contrapone una forma diferente de vivir no solo la red, sino todos los lenguajes. También el del silencio, de la contemplación. El arte, la música, el deporte. La caridad, El compromiso social. La política. Invirtiendo la perspectiva. Reconectando lo real y lo virtual".
Por último, el doctor Ruffini subrayó la insistencia del Papa, en la exhortación, en la comunicación intergeneracional como una clave para la renovación de la Iglesia. Con esta conciencia, Francisco invita a los jóvenes a no estar en el balcón, a involucrarse, a ensuciarse las manos, a tener fe y a soñar; no para abstraerse de la realidad, sino para cambiarla también a través de su capacidad para comunicarse, para convertirse en líderes populares. "¡No dejen que otros sean los protagonistas del cambio!", concluyó. +