Ángelus: La Palabra de Jesús vence el mal presente en el hombre y en el mundo
- 31 de enero, 2021
- Ciudad del Vaticano (AICA)
El Papa invitó este domingo a tener siempre "a mano" el Evangelio y pedirle a Jesús que sane nuestros pecados, males y enfermedades espirituales.
Escuchemos “la palabra autorizada de Jesús”, llevando siempre “un pequeño Evangelio en nuestro bolsillo o bolso, para leerlo durante el día” y pedirle a Jesús que sane nuestros pecados, males y enfermedades espirituales, es la invitación que el papa Francisco dirigió este domingo en su reflexión, antes del rezo del Ángelus, del pasaje del Evangelio de Marcos, que narra la curación del poseído en Cafarnaún.
Este es el primero de los siete milagros de Jesús realizados el sábado, “un día dedicado al descanso y la oración”, recuerda el Papa, hablando desde la Biblioteca del Palacio Apostólico a través de los medios de comunicación para evitar las reuniones en la Plaza de San Pedro.
En la sinagoga de Cafarnaum, Jesús lee y comenta las Escrituras y “los presentes se sienten atraídos” y asombrados “por su forma de hablar” porque “demuestra una autoridad diferente a la de los escribas”.
Finalmente, cuando un hombre “se vuelve contra él, llamándole el Santo de Dios, Jesús reconoce el espíritu maligno, le ordena que salga de ese hombre y lo expulsa”.
En este episodio, dijo el Santo Padre, “vemos los dos elementos característicos de la acción de Jesús: la predicación y la obra taumatúrgica de médico”.
“Ambos aspectos se destacan pero el que más sobresale es el de la predicación; el exorcismo se presenta para confirmar la ‘autoridad’ singular de Jesús y su enseñanza. Predica con autoridad propia, como alguien que tiene una doctrina que procede de sí mismo, y no como los escribas que repetían tradiciones anteriores y leyes recibidas”.
El pontífice hizo hincapié en que “la enseñanza de Jesús tiene la misma autoridad de Dios que habla; de hecho, con una sola orden libera fácilmente al poseído del maligno y lo cura. Su palabra hace lo que dice, porque Él es el profeta definitivo, es más, es el Verbo mismo de Dios hecho hombre. Por eso habla con autoridad divina”.
El segundo aspecto, “el de las curaciones, muestra que la predicación de Cristo tiene como objetivo vencer el mal presente en el hombre y en el mundo. Su palabra apunta directamente contra el reino de Satanás, lo pone en crisis y lo hace retroceder, obligándolo a dejar el mundo”.
Ante la orden de Jesús, el poseído “es liberado y transformado en una nueva persona. Además, la predicación de Jesús pertenece a una lógica opuesta a la del mundo y del maligno: sus palabras se revelan como la alteración de un orden incorrecto de las cosas. El diablo presente en el poseído, de hecho, grita cuando Jesús se acerca: ‘¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros?’”.
“Estas expresiones”, explicó el Papa, “indican la total diferencia entre Jesús y Satanás: están en planos completamente diferentes; no hay nada en común entre ellos; son opuestos entre sí”.
Francisco exhortó: “Escuchemos las palabras autorizadas de Jesús: ¡no olvides de levar siempre un pequeño Evangelio en tu bolsillo o bolso, para leerlo durante el día, para escuchar esa palabra autorizada de Jesús, y entonces todos tenemos problemas, todos tenemos pecados, todos tenemos enfermedades espirituales; pregúntale a Jesús: “Jesús, tú eres el profeta, el Hijo de Dios, el que fue prometido para sanarnos. ¡Sáname! “. Pidamos a Jesús la curación de nuestros pecados, de nuestros males.
La última invocación del Papa está dirigida a la Virgen María, que “guardó siempre en su corazón las palabras y los gestos de Jesús, y lo siguió con total disponibilidad y fidelidad”, para que “él también nos ayude a escucharlo y seguirlo , experimentar los signos de su salvación en nuestra vida“.+