Ángelus: Jesús es lo esencial, no lo releguemos a un segundo plano
- 8 de agosto, 2021
- Ciudad del Vaticano (AICA)
El pontífice invitó este domingo 8 de agosto a renovar el estupor por el don de la Eucaristía en la adoración eucarística.
Jesús es el pan, lo esencial de la vida. Por eso pide que no lo "releguemos", porque "todo en nuestra vida le interesa", dijo este domingo el papa Francisco al dirigirse a varios miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro para la cita dominical del rezo del Ángelus.
Al comentar el pasaje evangélico de la liturgia de hoy, el pontífice señaló que -una vez multiplicados los panes- Jesús invita a la multitud a "un salto cualitativo: tras recordar el maná, con el que Dios había alimentado a los padres en la larga travesía por el desierto, ahora se aplica a sí mismo el símbolo del pan".
Se los propone como "el pan de la vida". “El que tiene hambre, no pide comida refinada y cara: pide pan”, comentó.
“Los que no tienen trabajo no piden grandes sueldos, sino el "pan" del empleo. Jesús se revela como el pan, es decir, lo esencial, lo necesario para la vida cotidiana".
No un simple pan, sino el pan de la vida: "Sin Él, más que vivir, vamos tirando -añadió Francisco-, porque solo Él alimenta nuestra alma, solo Él nos perdona por ese mal que no podemos superar por nosotros mismos, solo Él nos hace sentirnos amados aunque todos nos decepcionen, solo Él nos da la fuerza para amar y perdonar en las dificultades, solo Él da al corazón esa paz que busca, solo Jesús da la vida para siempre cuando la vida aquí se acaba".
Son palabras que manifestarán plenamente su significado en la Última Cena: "Despiertan en nosotros el estupor por el don de la Eucaristía.” dijo el Papa.
“Nadie en este mundo, por mucho que ame a otra persona, puede hacerse comida para ella. Dios lo hizo, y lo hace, por nosotros. Renovemos este asombro. Hagámoslo adorando el Pan de Vida, porque la adoración llena la vida de asombro".
Sin embargo, el Evangelio nos dice que los que escucharon a Jesús se escandalizaron.
“Quizás nosotros también nos escandalizamos”, advirtió el pontífice, “estaríamos más cómodos con un Dios que está en el cielo sin entrometerse, mientras nosotros podemos manejar nuestros asuntos aquí abajo. En cambio, Dios se hizo hombre para entrar en la concreción del mundo. Todo lo que es parte de nuestra vida le interesa. Podemos contarle nuestros afectos, nuestro trabajo, nuestro día, todo. Jesús desea esta intimidad con nosotros".
El pan de vida no quiere ser "relegado a un segundo plano", para ser "llamado solo cuando lo necesitemos".
Por eso, Francisco concluyó invitando a las familias a redescubrir la oración cuando coman juntos: "Sería bueno, antes de partir el pan, invitar a Jesús, el pan de vida, para pedirle con sencillez que bendiga lo que hemos hecho y lo que no hemos podido hacer".
"Invitémoslo a casa, recemos en un estilo "doméstico". Jesús estará en la mesa con nosotros y seremos alimentados por un amor más grande".+