Acción de gracias por los 25 años de los hogares "Madre Teresa"
- 21 de enero, 2021
- Quilmes (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Quilmes, monseñor Carlos José Tissera, celebró el lunes 18 de enero una misa por el 25° aniversario de los hogares Madre Teresa, y agradeció a quienes llevan adelante esa misión.
En el 25° aniversario de los hogares Madre Teresa, el obispo de Quilmes, monseñor Carlos José Tissera, celebró una misa en la parroquia Nuestra Señora del Puente, de Berazategui, y agradeció especialmente a la hermana Renza Bono, que animó la gestión de este espacio durante estos años, y a la fundación “Una mano que ayuda” por la misión llevada adelante.
La hermana Renza manifestó su dolor por el cierre del hogar de adolescentes mujeres en Berazategui, y expresó su paz por el trabajo realizado. Agradeció la solidaridad de tantas personas y exhortó “a las autoridades de la provincia y de los tres municipios a que revean las políticas de niñez y no abandonen a su mala suerte a tantos chicos, chicas y adolescentes, y sus respectivas familias. Los derechos vulnerables no se recuperan con palabras, sino con hechos, por lo tanto, acompañen a quien se está ocupando de ellos y ellas. Los chicos y chicas son el presente y futuro de nuestro país, sin cuidado y oportunidades los condenamos y nos condenamos como sociedad”.
La religiosa también expresó que para algunos, “«Hogar» es una ‘mala palabra’ asociada a ‘Instituto de Menores’. Tengan presente que para muchos chicos y chicas los Hogares fueron y son «la salvación»”, señaló. “El Hogar Convivencial es el lugar donde recuperan sus derechos y aprendan a ser personas y a sentirse valorados y amados”, afirmó.
En ese sentido, agradeció a todas las chicas que pasaron por “Madre Teresa” que “amaron y se dejaron amar”, a quienes aclaró que se cierra esta casa, pero no se cierra el corazón: “Pueden seguir buscándome y llamándome, y les aviso que se abren las puertas de la casa de las hermanas en Bosques, donde voy a vivir”.
También acompañaron la celebración el obispo auxiliar de Quilmes, monseñor Marcelo Margni, y el hermano Víctor Hirch, servidor del Verbo Divino.+