"La lógica de la hospitalidad, de la proximidad, de la amistad y la fraternidad hacen nacer la esperanza que no defrauda", expresa la Vicaría de la Vida Consagrada de la diócesis.
"No olvidemos esto: en el centro está el Señor. No estoy yo en el centro, sino Dios", le recordó Francisco al clero local en la catedral. Y agregó: "Por favor, perdonen todo y perdonen siempre".
Junto con el obispo, Mons. Araya, religiosas, religiosos, sacerdotes y representantes de otras formas de esa realidad dialogaron sobre los desafíos de una Iglesia sinodal, la escucha y la misión.
Además, se analizaron los ecos y desafíos del V Congreso Latinoamericano y Caribeño de Vida Religiosa, que se realizó en Córdoba.