El obispo de Concepción expresó que, en este tiempo de Cuaresma, "nos sirve mucho pensar en qué medida yo estoy asumiendo, tomando la cruz que me toca, y con qué actitud lo estoy haciendo".
El obispo de Río Gallegos animó en esta Cuaresma a pedirle a Jesús que "nos ayude a madurar", a poder contarle "de la sed y de mis fatigas, dejándolo a él mostrarse como el agua viva".
El obispo de San Isidro recordó que esa agua nueva es "torrente hacia arriba y nos da una vida nueva; el sacramento del bautismo".