"Uno frente al amigo puede ser quien es; no inventa nada, no crea ningún subterfugio, está en paz porque sabe que es recibido por la mente y el corazón del otro tal como es", destacó el obispo.
El obispo de Río Cuarto recordó que "solamente del amor pueden surgir cosas buenas para los demás", al tiempo que animó a ver en el otro el rostro de Dios, para hacer nuestra esta forma de vida.
En su reflexión semanal, el obispo de San Francisco señala que el verdadero amor "nos saca de nosotros mismos y nos centra en el otro. Ese es el amor que transforma".
Francisco reflexionó sobre el gran mandamiento de Jesús, sugiriendo que "sólo nos volvemos verdaderamente capaces de amar cuando nos encontramos con Dios, entregándonos a su amor".