Recordó que el Niño Dios "no viene de prepo, ni haciéndose lugar a los codazos. Él se ofrece", y agregó: "Solo hace falta estirar los brazos".
"Que nuestra Iglesia en la Argentina sea portadora de buenas noticias", deseó el presidente de la Comisión Episcopal de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal Argentina.
"Él asume nuestras fragilidades, las trata con sumo cuidado y respeto, sabiendo que, por nuestro parecido con Jesús, forman parte de nuestra historia sagrada", recordó el arzobispo de San Juan.
El arzobispo sanjuanino aseguró que celebrar esta solemnidad de la Virgen María recuerda a los católicos que "la misión como Iglesia es ser signo de esperanza en medio de un mundo herido".