Un grupo jujeño provida marchó anoche por las calles de San Salvador de Jujuy para reclamar el cuerpo de Esperanza, la beba que murió tras practicarle a su madre de 12 años una cesárea anticipada, con el fin de darle "santa sepultura". Las autoridades gubernamentales y judiciales no respondieron al pedido.
La Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera) manifestó su "repudio e indignación" por la cesárea prematura realizada en Jujuy a una niña de 12 años violada y que derivó en la muerte de la beba nacida con 6 meses de gestación. En un comunicado, consideró que no se trató de una "interrupción del embarazo" como dijo el gobernador jujeño, sino de la "muerte despedazada de la vida que está en el vientre de la madre".
La beba de la niña de 12 años, que fue violada y a la que le practicaron una cesárea anticipada, murió este martes en el Hospital Materno Infantil Héctor Quintana de Jujuy. Bautizada Esperanza nació el viernes con un peso de 703 gramos y alto riesgo de sobrevida. Organizaciones provida pidieron que se retardara la intervención pretendida por las abortistas, dado que la adolescente tenía un embarazo de 24 semanas de gestación, y después dar la beba en adopción.