El arzobispo católico de Moscú, Mons. Paolo Pezzi, y el postulador del proceso de beatificación de los mártires católicos rusos del siglo XX, P. Krzysztof Pozarski, recordaron a los 425 sacerdotes católicos de diversos ritos que murieron en los campos de concentración, en las cárceles y en el destierro por órdenes de las autoridades de la Unión Soviética entre 1918 y 1958.