"Que las utopías de los buenos hagan retroceder a las fuerzas del mal", pidió el arzobispo, en relación con casos que han quedado impunes, como los atentados contra la Embajada de Israel y la AMIA.
El presidente del episcopado acude a esas instituciones judía y musulmana, para expresar la solidaridad de los obispos con las víctimas y familiares de los caídos por la guerra Israel-Hamas.
A 30 años del ataque terrorista, el arzobispo -entonces párroco del templo frente a la sede diplomática- suplicó por los muertos, entre ellos un sacerdote, y agradeció a Dios por los que sobrevivieron