Viernes 15 de noviembre de 2024

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Hagamos el bien a todos (Gálatas 6,10)

Carta pastoral de monseñor Marcelo Daniel Colombo, arzobispo de Mendoza, para la Cuaresma 2022

Queridos hermanos:

Comenzamos el tiempo de Cuaresma, invitados por el Señor y su Iglesia a convertirnos al amor de Jesús, que muere y resucita para salvarnos. “Conviértete y cree en el Evangelio” son las palabras con las que recibimos las cenizas en la frente al comenzar el itinerario cuaresmal hacia la Pascua y constituyen la consigna de viaje y de trabajo.No es un camino de conversión sin contexto; como parte de la gran familia humana, todo lo que acontece nos invita a tomar una posición desde nuestro lugar de creyentes y en favor de la vida. Además de los motivos personales y comunitarios, en este tiempo, nos urge elevar a Dios una plegaria permanente por la paz, especialmente en Ucrania, que atraviesa horas aciagas viendo invadido su territorio y perdiéndose tantas vidas por los bombardeos militares. Las consecuencias devastadoras de los incendios en Corrientes, también nos reclaman nuestra respuesta sensible y solidaria.En la Cuaresma, el Señor nos interpela sobre nuestra capacidad de amar y de ser solidarios con los que sufren. Por eso, para ayudarnos en nuestra reflexión para este tiempo, el Santo Padre nos envía un Mensaje que nos anima a vivir la Cuaresma en perspectiva evangélica, afrontando los desafíos de nuestra conversión personal y comunitaria.“Ciertamente, la Cuaresma es un tiempo favorable, pero también lo es toda nuestra existencia terrena, de la cual la Cuaresma es de alguna manera una imagen. Con demasiada frecuencia prevalecen en nuestra vida la avidez y la soberbia, el deseo de tener, de acumular y de consumir, como muestra la parábola evangélica del hombre necio, que consideraba que su vida era segura y feliz porque había acumulado una gran cosecha en sus graneros (cf. Lc 12,16- 21). La Cuaresma nos invita a la conversión, a cambiar de mentalidad, para que la verdad y la belleza de nuestra vida no radiquen tanto en el poseer cuanto en el dar, no estén tanto en el acumular cuanto en sembrar el bien y compartir.” (Francisco, Mensaje Cuaresma 2022, 1)Tomando la Biblia como referencia, el Papa nos propone la dinámica de la siembra y la cosecha, donde Dios es el agricultor que pone en nosotros la semilla de la Palabra para fecundar nuestra vida, invitándonos a hacernos sus colaboradores en su buena siembra entre los hombres. Cosechamos el bien en nosotros mismos, si hemos sido dóciles a esa Palabra y la acogimos en nuestras vidas con libertad y generosidad, decididos a compartirla y a no acallarla. El Señor nos fortalece con la riqueza de su amor y nos hace capaces de participar en su siembra sabiendo que, aunque nosotros mismos no lleguemos a ver los frutos de nuestras buenas acciones, otros los recogerán a su tiempo.

“Frente a la amarga desilusión por tantos sueños rotos, frente a la preocupación por los retos que nos conciernen, frente al desaliento por la pobreza de nuestros medios, tenemos la tentación de encerrarnos en el propio egoísmo individualista y refugiarnos en la indiferencia ante el sufrimiento de los demás (…) sólo con los ojos fijos en Cristo resucitado (cf. Hb 12,2) podemos acoger la exhortación del Apóstol: «No nos cansemos de hacer el bien» (Ga 6,9)”(Mensaje, n. 2)

En su mensaje, el Papa profundiza en los distintos alcances de hacer el bien, invitándonos a no cansarnos de rezar ya que en Dios tenemos el consuelo para confortarnos en la aflicción y aquella fortaleza necesaria para sobrellevar las dificultades del camino. Este tiempo de combatir el mal que hay en nosotros, nos pide purificarnos y liberarnos de cuanto nos impide vivir con libertad. En la celebración del sacramento de la Reconciliación, nuestro arrepentimiento sincero nos abre a la misericordia de Dios que nos hace mujeres y hombres nuevos. Finalmente, en este no cansarnos de hacer el bien, el Papa Francisco nos propone una caridad activa hacia el prójimo, ya que la Cuaresma “es un tiempo propicio para buscar -y no evitar- a quien está necesitado; para llamar -y no ignorar- a quien desea ser escuchado y recibir una buena palabra; para visitar -y no abandonar- a quien sufre la soledad.” (Mensaje, n. 2)

Luego de las difíciles circunstancias vividas por la pandemia, nos alegramos de poder retomar las distintas actividades eclesiales en nuestras comunidades, especialmente aquellos espacios catequísticos tan necesarios en la evangelización, y ofrecer a nuestros hermanos una Iglesia que les sale al encuentro con el amor de Jesucristo. Deseamos poder seguir profundizando en la dinámica sinodal de encuentro y escucha de las comunidades, a través de las distintas instancias que nos propone el equipo de animación pastoral de la arquidiócesis, con las reuniones y asambleas parroquiales, la actuación de los equipos decanales y la conformación del Consejo arquidiocesano de pastoral, que fuera imposibilitada a causa del Covid.

Que el Señor nos conceda andar sus caminos, fortalecidos por su Espíritu, libres de cuanto nos ata y animados a darnos con generosidad para sembrar con la buena Noticia nuestra vida y la de los hermanos.

Mendoza, 1° de marzo de 2022
Mons. Marcelo Daniel Colombo, arzobispo de Mendoza