Estamos próximos a celebrar dos fechas muy sentidas en la vida de nuestro pueblo riojano como son la Navidad, en la que conmemoramos el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios, que vino a salvar a la humanidad de todo mal mostrándole un camino de Vida Plena, a través del Amor y la Paz, y el Tinkunaco que nos recuerda cómo ese camino de Vida Plena, se manifestó de manera concreta en los tiempos fundacionales de nuestra Ciudad cuando, ante un grave conflicto, se pudo llegar a un acuerdo de convivencia pacífica por la intervención de ese mismo Niño nacido en Belén, que lo veneramos vestido de Alcalde. Ese acontecimiento luego se denominó ENCUENTRO o TINKUNACO y lo celebramos cada 31 de diciembre.
Hoy, como en aquellos tiempos en nuestra Ciudad, vivimos en un estado de tensión social por diversas causas, varias de ellas, con un arrastre de años sin encontrar soluciones orgánicas y duraderas. Por eso consideramos claramente que al TINKUNACO debemos vivirlo HOY, su mensaje ilumina los problemas que nos aquejan y que requieren un tratamiento en conjunto y una equilibrada solución.
Sin duda, para la solución de estos problemas, se requiere de un compromiso de todos como sociedad, y de modo particular, de un compromiso de diálogo entre las autoridades que nos gobiernan donde, cada una de las partes sepa posponer sus intereses particulares en pos del bien común, sin dejar de tener en cuenta que, quienes más sufren hoy esta situación son los trabajadores. Es hora de decisiones con espíritu de grandeza que superen una triste y recurrente historia de enfrentamientos entre el Municipio de la Capital y el Gobierno de la Provincia. Enfrentamientos que, inmediatamente, afectan la vida del pueblo que padece, entre otras consecuencias, el convivir en un estado de crispación que fácilmente lleva a hechos de violencia.
Todos somos conscientes de que el trabajo es un derecho de toda persona y percibir una remuneración digna también lo es. Escuchando en estos días el parecer de diferentes referentes sociales, todos tienen presente la deuda que hay con tantos trabajadores precarizados en toda la geografía de la provincia y en el país en general, y que las soluciones no son fáciles. Pero no dudamos que el ENCUENTRO de todas las partes, el DIÁLOGO sincero y la BÚSQUEDA EN COMUN de soluciones, puede conducirnos a caminos donde progresivamente se arriben a respuestas concretas y superadoras.
El papa Francisco nos propone “un principio que es indispensable para construir la amistad social: la unidad es superior al conflicto. […] Esto –dice- no es apostar por un sincretismo ni por la absorción de uno en el otro, sino por la resolución en un plano superior que conserva en sí las virtualidades valiosas de las polaridades en pugna. Sabemos bien que cada vez que las personas y las comunidades aprendemos a apuntar más alto de nosotros mismos y de nuestros intereses particulares, la comprensión y el compromiso mutuo se transforman […] en un ámbito donde los conflictos, las tensiones e incluso los que se podrían haber considerado opuestos en el pasado, pueden alcanzar una unidad multiforme que engendra nueva vida” (Fratelli Tutti 245).
Sí, esperamos que el TINKUNACO sea vivido HOY con espíritu de entrega y tolerancia y que sepamos honrar a sus creadores generando espacios de diálogo donde se pueda abordar la raíz de los problemas, reconocer errores, asumir compromisos en común y buscar nuevos caminos para superar las dificultades y promover un auténtico desarrollo social. No hay tiempo que perder, sí hay oportunidades que aprovechar.
El Niño Alcalde y San Nicolás nos inspiren y ayuden a concretar el sueño de una Rioja que enfrenta sus problemas, busca siempre la justicia que engendra la unidad y construye la Paz.
Mons. Dante Braida, obispo de la Rioja
Equipo diocesano de Pastoral Social