Queridos hermanos:
Les deseo una feliz Navidad y al mismo tiempo les expreso mi compromiso de rezar por todos, para que el Niño Jesús, en este año tan especial, les regale las gracias que más estén necesitando.
¿Qué vemos en el pesebre? Un niño engendrado y gestado en el seno de la Virgen María por obra del Espíritu Santo. Un niño, como tantos otros niños, engendrado en el seno de una mujer que se animó a decir que sí a la Vida a pesar de circunstancias muy duras. Pero ¿qué contemplamos? Un niño que es hijo de María, pero también es Hijo de Dios.
Descubrimos lo maravilloso del pesebre donde se manifiesta el amor de Dios, que tanto amó al mundo que envió a su Hijo; el amor de Jesucristo, que tanto amó al Padre que por obediencia a Él se hizo hombre; el amor de Jesucristo a todos nosotros; el amor tierno y dulce de María; el amor viril de San José. Un villancico clásico llama a la noche de Navidad: “Noche de Paz - Noche de Amor”. Pidamos la gracia de descubrir en el pesebre el amor de Dios; necesitamos sentirnos amados porque solo el que se siente amado se siente seguro, se siente cobijado y es capaz de devolver amor. El amor no tiene otro lenguaje que el de devolver amor. Nosotros sabemos que nuestro amor es amar y servir al prójimo.
Les deseo Paz y Esperanza para todos en este año difícil y les pido que descubramos el Amor para amar, porque es lo que necesita el mundo de hoy.
Que Dios los bendiga, que la Sagrada Familia de Nazaret los colme de bendiciones a ustedes y a sus familias.
Mons. Juan Alberto Puiggari, arzobispo de Paraná
Navidad de 2020 – Año de San José