En una entrevista, el purpurado y enviado papal a la zona de conflicto para promover acciones a favor de la paz habló de distintos aspectos de la situación: religioso, humanitario y diplomático.
"No sé hasta dónde podré llegar, pero intentaré mostrar la cercanía y el aliento del Santo Padre", expresó el limosnero vaticano antes de partir a la misión que le encomendó en ese país en guerra.
Mientras el papa Francisco recuerda que "las armas del espíritu cambian la historia"; desde Kiev, el arzobispo greco-católico Shevchuk repite: "No permitamos que el odio nos aprisione".
El Observador Permanente del Vaticano ante las Naciones Unidas recordó que "Acoger, proteger y asistir a los cientos de miles de refugiados que huyen de Ucrania es una responsabilidad común".