Miércoles 25 de diciembre de 2024

Vaticano: se revelan misterios del baldaquino de Bernini

  • 11 de octubre, 2024
  • Roma (Italia) (AICA)
Después de nueve meses de trabajos de mantenimiento y restauración, el Papa Francisco reinaugurará el baldaquino, con una misa que también marcará el final del Sínodo.
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El baldaquino de la basílica de San Pedro, construido por Bernini, recobró su brillo tras su primera restauración. La limpieza dejó también al descubierto algunos objetos históricos y es parte de la preparación de la basílica para el Jubileo 2025. 

Así, el 27 de octubre, el Papa Francisco celebrará una misa en la basílica vaticana, en la que develará oficialmente el baldaquino recién restaurado y clausurará el Sínodo de los Obispos, en curso actualmente en el Vaticano.

El baldaquino de la basílica de San Pedro, diseñado por Gian Lorenzo Bernini, se ha sometido a una limpieza profunda, que develó detalles de la vida cotidiana de quienes la restauraron en el pasado. Entre los objetos encontrados, los expertos encontraron plumeros, restos de comida, una suela de zapato e incluso un rudimentario sombrero hecho con un periódico del siglo XIX.

El proceso de restauración, que duró nueve meses, devolvió también el brillo a las columnas salomónicas de bronce y sus detalles de ángeles, abejas y hojas de laurel, elementos característicos del barroco romano: "El baldaquino volvió a ser el 'fulcro' de la basílica", comentó el ingeniero Alberto Capitanucci, encargado de los trabajos, a la periodista Eva Fernández, del portal español de noticias Cope.

Esta restauración forma parte de los preparativos para el Jubileo de 2025, acontecimiento que está previsto que atraiga a millones de peregrinos a Roma. Además del baldaquino, la basílica también está renovando el Altar de la Cátedra, otra obra maestra de Bernini, que alberga un antiguo trono medieval que perteneció a Carlos el Calvo, nieto de Carlomagno.

El Altar de la Cátedra, que se encuentra en el ábside de la basílica, es un relicario que fue venerado durante siglos por contener la simbólica silla de san Pedro. Investigaciones modernas han confirmado que se trata de un trono del siglo IX, utilizado en la ceremonia de coronación del rey franco, y que fue donado al Papa Juan VIII.


Sobre el baldaquino
El monumento fue pensado como un gigantesco catafalco o telón de gran realismo, combinando las partes oscuras de bronce y cobre, que desde lejos parecen cuero, con bordes y otras figuras doradas en sus columnas, entre ángeles titánicos, hojas de laurel y abejas, símbolo de la dinastía Barberini, a la que pertenecía el papa Urbano VIII.

Sin embargo, el paso inexorable del tiempo acabó oscureciéndolo bajo una gruesa capa de suciedad que ahora, por primera vez en 250 años, se ha limpiado en profundidad de cara al Jubileo de 2025.

Han sido nueve meses de trabajo en los que la estructura quedó oculta tras un andamio, para permitir a los técnicos encaramarse y dar lustre a sus figuras, pero que ya ha quedado a la vista de los visitantes.

La restauración solo se centró en el aspecto "externo" del monumento. Se puede comprobar que, efectivamente, el mundo sacro, vegetal y animal recreado por Bernini ha recobrado su luz.

Antes, los expertos tuvieron que investigar durante seis meses el estado de este delicado monumento de más de 200 toneladas (60 solo de bronce), ya que sus columnas están rellenas de hormigón y está levantado sobre un suelo excavado, hueco, sobre la cripta de los papas y una milenaria necrópolis romana donde se halló la tumba petrina.

"Podemos afirmar que no hemos encontrado patologías que requieran curaciones más incisivas que las que hemos llevado a cabo", resumió Capitanucci.+