Un paso hacia la beatificación del arzobispo congoleño considerado "mártir"
- 2 de noviembre, 2018
- Bukavu (República Democrática del Congo)
La arquidiócesis de Bukavu cerró la fase diocesana de la causa de beatificación de monseñor Christophe Munzihirwa Mwene Ngabo, quien fue asesinado en 1996 tras ser capturado por las fuerzas de la Alianza de Fuerzas Democráticas para la Liberación del Congo (AFDL). "Murió como un mártir tal y cómo vivió ¡Era un profeta!", destacan los promotores del proceso.
"La arquidiócesis de Bukavu da gracias a Dios por el trabajo realizado para concluir la fase diocesana de la causa de su beatificación. El fruto de este esfuerzo exigente se enviará en un sobre sellado a Roma y continuaremos orando para que la fase romana termine con la proclamación como beato", afirma en una declaración.
El Siervo de Dios monseñor Munzihirwa nació en 1926 en Lukumbo en la parte oriental de la República Democrática del Congo y fue elevado a la dignidad episcopal como obispo coadjutor de la diócesis de Kasongo, el 10 de marzo de 1986.
El 15 de septiembre de 1993 fue nombrado administrador apostólico de la archidiócesis de Bukavu. En abril-mayo de 1994, participó en Roma en el Sínodo Especial para África. A su regreso, fue establecido canónicamente como arzobispo de Bukavu el 26 de junio de 1994.
Monseñor Munzihirhwa fue conocido por su franqueza, coraje y fuerza para denunciar el mal, la injusticia y la ocupación ilegal del territorio congoleño por parte de grupos armados extranjeros, quienes cometieron crímenes contra la población local.
El 29 de octubre de 1996, Bukavu fue capturado por las fuerzas de la AFDL (Alianza de Fuerzas Democráticas para la Liberación del Congo) de Laurent Kabila. Al tomar la ciudad, los rebeldes mataron a monseñor Munzihirwa.
El arzobispo murió en una situación de pobreza total. Las calles estaban desiertas, las personas estaban escondidas en sus hogares y los cadáveres yacían en las calles de la ciudad.
La agencia Fides cita declaraciones hecha en noviembre de 1996 por el cardenal Joseph Tomko, entonces prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, y enviado especial del papa san Juan Pablo II a Burundi, quien aseguró: "Monseñor Munzihirwa murió como un mártir tal y cómo vivió ¡Era un profeta!".
"África, el Congo, los Grandes Lagos y, en particular, la arquidiócesis de Bukavu han perdido una perla preciosa. ¡Los que le dispararon un día responderán a la corte de la historia y su conciencia! ¡Ay de los que piensan en colocar su trono sobre las tumbas!", subrayó.+