Jueves 14 de noviembre de 2024

Testimonio de un argentino en el Encuentro de Movimientos Laicales en Roma

  • 17 de junio, 2024
  • Buenos Aires (AICA)
"Fecundo y muy positivo". Así definió Pino Scafuro, secretario ejecutivo de la Cevilaf, la reunión de moderadores de Asociaciones de Derecho Pontificio centrada en la sinodalidad para la misión.
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El moderador Internacional de Charis (Servicio Internacional para la Renovación Carismática Católica) y secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos y la Familia (Cevilaf), Pino Scafuro compartió con AICA sus impresiones, tras participar del Encuentro Anual de Moderadores de Asociaciones de Derecho Pontificio.

Esa instancia, promovida por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, se realizó la semana pasada en Roma y tuvo como tema central "El desafío de la sinodalidad para la misión".

"Participé también en otras oportunidades en estos encuentros, en general, todos me parecieron muy buenos porque se comparte y aprende de tantas experiencias de un mundo tan diverso, donde la Iglesia está presente. Es notable como Dios hace surgir un carisma en rincón del mundo, que, a veces no sabemos bien dónde queda, y éste pueda resultar útil a mi Iglesia local. Pero sin dudas, esta edición es la que me pareció la más fecunda", comentó a AICA Scafuro. 

El secretario ejecutivo de la Cevilaf fue uno de los 200 participantes, representantes de las 95 realidades del mundo -de las 117 reconocidas por la Santa Sede-, que se reunieron en la Sala del Sínodo para reflexionar sobre la sinodalidad y contó con la presencia del Santo Padre. 

Scafuro valoró como muy positivas "las excelentes alocuciones del Papa Francisco, el cardenal Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, Elisa Lisiero, oficial del dicasterio, y del profesor Rafael Luciani, de la Universidad Católica Andrés Bello (Venezuela)"

Sobre la presencia del Papa Francisco durante el encuentro, el moderador internacional de Charis comentó a AICA que lo encontró "muy animado" y destacó el gesto del pontífice de tomarse el tiempo "de saludar a uno por uno de los participantes". 

Sobre el mensaje que les dirigió el Santo Padre, Scafuro las consideró "pastoralmente cercano, teológicamente adecuado a los signos de los tiempos y bien concreto para la realidad de las comunidades y sus apostolados".

Salir de la zona de confort y asumir los desafíos misionero
Scafuro también valoró como muy positivo y constructivo las palabras del cardenal Kevin Farrell, quien "dio una visión valiente y realista de la actualidad de la Iglesia y el especial papel que en este tiempo tienen los laicos y sus movimientos y asociaciones. Nos animó a salir de las zonas de confort y asumir los desafíos misioneros".

"Los aportes espontáneo de los participantes ocupó más del 50% del tiempo total del encuentro", contó el representante argentino y lo consideró "una construcción colectiva".

Otro punto de reflexión fue "el aggiornamento y la reflexión sobre nuestras estructuras", dijo y subrayó que "es un trabajo vital que debemos realizar", como también "evitar el encierro en el propio movimiento y estar abierto a la diversidad, considerándola como una oportunidad y no como una amenaza y no bloquearnos por el miedo a perder la propia pertenencia o la identidad".

"También es prioritario revisar nuestra relación con el mundo actual" dijo Scafuro, ya que "es posible que estemos intentando relacionar nuestra misión o carisma con una idea de mundo inexistente". 

"La evangelización -destacó- no es posible si no hay contacto. Es necesario, nuevamente, seguir los consejos del Concilio Vaticano II sobre la inculturación" y hacer realidad el deseo expresado por el Papa Francisco durante el Encuentro: "que la sinodalidad permanezca como un modo de actuar permanente de la Iglesia".

Por último, el secretario ejecutivo de la Cevilaf compartió con AICA su impresión final sobre el encuentro: "Había una tensión positiva en el ambiente. Vi en este encuentro cierta preparación casi sincrónica de todos los participantes. En mi opinión, es la maduración que los diversos sínodos fueron realizándose a nivel local, que nos despertaron y nos permitieron ver, en ese "camino" real, hermanos, fortalezas, debilidades y oportunidades y sobre todo reafirmar el sentido de ser Iglesia de Cristo", concluyó.+